El papel de las mujeres en el mundo del arte de finales del XIX y principios del XX, un periodo en el que pasaron de ser consideradas "pintoras de flores" a profesionales, centra una exposición de artistas como María Blanchard, Norah Borges o Maruja Mallo, con el hilo conductor de María Luisa de la Riva.

La exposición, titulada "Pintoras en España 1859/1926. De María Luisa de la Riva a Maruja Mallo", se puede ver desde hoy en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza y reúne 63 obras de 23 creadoras, muchas de ellas nunca vistas por el público, sobre todo pinturas, pero también dibujos y grabados.
En la misma se pueden contemplar juntas por primera vez piezas de artistas que han trabajado, dentro o fuera de España, entre 1859 y 1926, años en los que nació y murió la zaragozana De la Riva, cuya figura vertebra la muestra con la que se pretende llenar el vacío investigador y expositivo sobre el trabajo de esas mujeres.
Así lo ha señalado Concha Lomba, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza y una de las comisarias de la exposición, quien ha explicado que se trata de un periodo en el que se sucedieron muchos cambios en la trayectoria artística del sexo femenino.
Se parte de unos años en los que se dudaba "muy seriamente" de la mujer como artista, en España y en toda Europa, incluso de su capacidad intelectual, ha agregado Lomba, quien ha recordado el comentario que acompañaba a una caricatura aparecida en una revista alemana en 1901: "Mire señorita, existen dos clases de pintoras: unas que quieren casarse y otras que tampoco tienen talento".
En el siglo XIX, las artistas, a las que se les consideraba aficionadas, eran academicistas y pintaban bodegones y flores, ya que no se les permitía pintar otros tipos de temas ni asistir a clases para ello, pero desarrollaron su trabajo a pesar de las críticas, ha manifestado Magdalena Illán, profesora de la Universidad de Sevilla y también comisaria de la muestra.
Entre ellas, De la Riva se atrevió a pintar bodegones descomunales como nunca se habían hecho, lo que le acarreó muchas críticas, y figuras femeninas como en "Puesto de flores".
El cambio en la situación de la mujer en el arte se produjo en torno a 1900, precisamente cuando De la Riva consiguió los mayores reconocimientos en su trayectoria, con la incorporación, a pesar de las críticas, de los lenguajes artísticos que practicaban los varones, ha explicado Lomba.
Las artistas, sobre todo en 1914, con la I Guerra Mundial y el surgimiento de los movimientos feministas, se inclinaron hacia la representación de asuntos relativos al género femenino y se atrevieron incluso con los desnudos, ha apuntado.
Una trayectoria en el papel de las mujeres, del arte decimonónico a las vanguardias, que se pone de manifiesto en las 63 obras que se exponen, de ellas 23 realizadas por De la Riva, cinco por María Blanchard, cuatro por Norah Borges y el mismo número por Maruja Mayo, además de otras de Olga Sacharoff o Victoria Malinowska.
María Blanchard,
Norah Borges
Maruja Mallo

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