Un pueblo con mucho arte
A PESAR DE LAS DIFICULTADES, LOS ARTISTAS CON UN ESTUDIO O UNA GALERÍA DE ARTE EN ELGOIBAR LUCHAN POR SEGUIR ADELANTE.
La pintora Gemma Monreal posa en su estudio con una de sus creaciones. (Jabi Leon) Noticia por gipuzkoa.com ELGOIBAR, JABI LEON
LA CRISIS económica y el consiguiente descenso en el poder adquisitivo de la ciudadanía ha sacudido con especial virulencia al gremio de los artistas. De hecho, en los últimos años son muchos los que se han visto obligados a abandonar su actividad para dedicarse a otras labores que les garanticen unos ingresos con los que seguir haciendo frente al día a día.
Sin embargo, también son muchos los apasionados del arte que, a pesar de las dificultades, no están dispuestos a arrojar la toalla a las primeras de cambio y que siguen luchando por mantener vivos sus negocios.
Es el caso de los cinco artistas que cuentan con un estudio o una galería de arte en Elgoibar. NOTICIAS DE GIPUZKOA se reunió ayer con todos ellos, que coinciden al señalar los malos tiempos por los que les está tocando atravesar.
Eso sí, también se muestran esperanzados en que la situación actual empiece a revertir. Para contribuir a ello, no dudan en echar mano de la imaginación. Nadie mejor que ellos para buscar actividades alternativas que les permitan mantener a flote sus negocios.
A sus 83 años, el pintor Apolinar Aldalur recibe la inesperada visita del periodista mientras pinta una cantina de leche de grandes dimensiones en el local de la calle Uparitzaga que utiliza para trabajar.
Rodeado de cuadros (de paisajes, caseríos, edificios, animales....), este ciudadano, que comenzó a pintar hace dos décadas tras una vida dedicada a la industria (fue uno de los fundadores de Goiti a comienzos de los años 60), reconoce que "últimamente cuesta mucho vender un cuadro".
Aún así, mantiene la ilusión de un adolescente por seguir exponiendo su obra y aprovecha la visita de quien firma estas líneas para hacer un llamamiento a las instituciones: "quien esté interesado en organizar una exposición con mis cuadros no tiene más que llamarme".
Por su parte, los locales ubicados en el edificio que en su día acogió la empresa Géminis, en la calle Pedro Mugurutza, albergan la prolífica actividad de dos reconocidos artistas.
Por un lado está el escultor y luthier Arturo Andrade que, tras varias décadas dedicado a la escultura, ya lleva unos años orientando su actividad a su faceta de luthier. En su taller pueden verse violines, guitarras, violonchelos, contrabajos y, en definitiva, todo tipo de instrumentos musicales de cuerda que él mismo se encarga de construir de manera completamente artesanal.
Según cuenta el propio Andrade, que además de fabricar instrumentos de cuerda también acomete labores de reparación y restauración, "hace ya un tiempo que sigo manteniendo abierto el taller gracias a los pedidos de luthería que me llegan porque la escultura la he tenido que aparcar por falta de demanda".
En el local contiguo está el escultor y pintor azkoitiarra Xebas Larrañaga, autor de obras conocidas como la dedicada al malogrado atleta Diego García, a Atano III o a Sabino Arana. También es suya la obra Amatasuna que puede verse en Azpeitia. A pesar de su reconocida trayectoria, Larrañaga lamenta que "apenas llega un pedido". Aún así, se resiste a abandonar su pasión y por eso ha acondicionado en su taller de trabajo una pequeña tienda en la que vende
LAS MUJERES ARTISTAS
Gemma Monreal y Emi Nogales
La pintora Emilia Nogales Emi también ha ampliado su abanico de creaciones para hacer frente a las dificultades actuales. Según cuenta, "ahora mismo vender un cuadro de grandes dimensiones está casi imposible y por eso hace ya un tiempo que empecé a hacer bolsos y camisetas pintadas a mano, que son cosas a las que se les pueda dar una salida un poco más fácil". Además, Emi ha empezado a diseñar sus propias muñecas, cuyas imágenes incorpora a colgantes, pendientes y otros tipos de abalorios.
La pintora Gemma Monreal coincide plenamente con los expuesto por sus compañeros de profesión. Es consciente de que a la gente no le sobra el dinero y que ahora mismo no es nada sencillo vender un cuadro.
Por eso, ella también ha echado mano de la imaginación y a comienzos de este año puso en marcha una academia para enseñar a pintar. De momento ya tiene 25 alumnos "de entre siete y 40 años" y está "encantada" con su apuesta.
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