"Me arrepiento de haber traído a esta ciudad los cuadros de Varela"
Francisco Arniz convenció a la familia del pintor en 1980 para que donara su legado a El Puerto.
Imagen de la muestra de Eulogio Varela celebrada en el castillo en 1980. Aparecen Arniz y el hijo del pintor.
Teresa Almendros el Puerto Noticia por diariodecadiz.es
Teresa Almendros el Puerto Noticia por diariodecadiz.es
Tras la noticia publicada por este periódico en su edición de ayer sobre los daños que sufren algunos de los cuadros donados a la ciudad por pintores tan destacados como Enrique Ochoa o Eulogio Varela, debido a un deficiente control de este legado durante muchos años, el pintor y crítico portuense Francisco Arniz ha realizado unas declaraciones lamentando esta situación.
"Me arrepiento de haber traído la colección de Eulogio Varela a esta ciudad", dijo refiriéndose al papel que él mismo jugó en 1980 cuando con motivo de la conmemoración del 25 aniversario de la muerte del pintor e ilustrador, la ciudad le rindió homenaje con una muestra en el Castillo de San Marcos y el propio Arniz fue el encargado de convencer a la familia de Varela para que donara buena parte de su obra a su ciudad natal. Las dotes de persuasión de Arniz funcionaron y los hijos del pintor, ya entonces de edad avanzada y residentes en Madrid, donaron cerca de medio centenar de los cuadros de su padre a El Puerto con la condición de que se creara un Museo municipal.
Esta donación hizo que se pusiera en marcha la creación del Museo, siendo alcalde Antonio Álvarez y concejal de Cultura Antonio Muñoz Cuenca.
Recuerda Francisco Arniz que en los años 80 la ciudad consiguió una subvención finalista por parte del Ministerio de Cultura para rehabilitar el Palacio de Valdivieso y convertirlo en sede del Museo municipal. El edificio se rehabilitó pero sorprendentemente, los entonces responsables municipales decidieron a última hora ubicar allí la sede de la Concejalía de Urbanismo, quedando el incipiente Museo en unas instalaciones "provisionales" en la calle Pagador, donde ya tenía su sede la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia, una provisionalidad que dura ya más de 30 años.
A Francisco Arniz también le indigna el trato que se ha dispensado al legado que donó en vida el pintor Enrique Ochoa, tres de cuyos lienzos no han podido ser cedidos a la exposición retrospectiva que se puede ver estos días en Málaga debido a su estado de deterioro, después de haber estado almacenados en edificios municipales ruinosos y algunos de ellos con goteras. El crítico y pintor recuerda que estos cuadros, casi una veintena, los custodió durante mucho tiempo la Academia -de la que Arniz también fue presidente- aunque hace años los reclamó el Museo, pasando la mayoría de ellos a ser almacenados y al parecer no en las mejores condiciones de conservación.
Arniz culpa de lo sucedido a todos los concejales de Cultura que ha tenido la ciudad desde los años 80, así como a los técnicos municipales tanto del Museo como del Centro de Patrimonio Histórico, ya que en su opinión la situación de estos cuadros era un secreto a voces del que nadie ha querido saber nada hasta ahora, cuando ha salido a la luz su triste situación.
El concejal de Cultura, Millán Alegre, declinó ayer hacer declaraciones al respecto.
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