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¿Se puede ver la respiración? / La Feria del Arte

                

La exposición de Luis Roldán en la Galería Casas Riegner (Calle 70ª No. 7-41) tiene un cuadro donde la respiración de 1.155 personas se convierte en un jeroglífico descomunal.                                                http://www.eltiempo.com/

La exposición de Luis Roldán tiene un cuadro donde la respiración se convierte en un jeroglífico.

¿Cómo se ve la respiración? El cine y la televisión lograron que el corazón, la diferencia entre la vida y la muerte, quedara en la memoria colectiva como un monitor que mide las pulsaciones con una gráfica inconfundible: líneas que suben y bajan y forman un interminable sistema montañoso que se transforma en tragedia, en el fin de la historia, cuando una de las líneas queda al borde de la pantalla: _____ y el corazón es incapaz de subir otra cuesta y hacer esto: /

La exposición de Luis Roldán en la Galería Casas Riegner (calle 70A n.° 7-41) tiene un cuadro donde la respiración de 1.155 personas se convierte en un jeroglífico descomunal. Fue una obra que nació por la obsesión y por la casualidad. La última gran pieza que expuso Roldán en Bogotá giraba alrededor del Salto de Tequendama. En la investigación para hacerla se quedó con el olor putrefacto del río Bogotá y con la sensación de estar frente a un mal invisible; más tarde, en Nueva York, encontró un libro de medicina antiguo donde aparecían las gráficas de medición de la respiración de la bomba de Venturi. Habló con un amigo médico y se quedó con lo esencial. Y lo transformó en una obra fuera de serie: intensa, poética y totalmente avasalladora.

Respiración es un lienzo de 3,50 m x 1,87. Roldán dibujó primero todas las variables de la respiración de una persona, una junto a otra, y el resultado visual es la de una escritura secreta que puede traducirse como la respiración de toda una ciudad o la de una persona durante toda su vida. La primera versión de cuadro -estéticamente- le pareció muy pulcra; demasiado blanca. En una conversación casual con una amigo, Roldán encontró qué necesitaba tejer cada respiración; contrató a una mujer para que le pusiera hilo a sus trazos y la suciedad de las manos de la tejedora hizo que borrara la limpieza que le molestaba en la primera versión; podría escribir párrafos y más párrafos de este cuadro, pero la exposición tiene otras maravillas, como la escultura gigante de rejas de hierro abandonadas; o los objetos hechos con patas de escritorio desechadas. O una preciosa escultura de motas de lavadora. Roldán es un reciclador consumado de objetos de la calle, convive con un ellos durante años, los mira, los acaricia y, como dice él, en un instante mágico, se conviertan en obras de arte, pero eso es material para otra columna.

FERNANDO GÓMEZ ECHEVERRI
Crítico de arte
@LaFeriaDelArte

VIDEO:

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