Darío de Regoyos, el pintor franciscano, recala en el Thyssen de Málaga
Ortega y Gasset le denominó "Frà Angelico del soto y de la col". Sus lienzos suelen ser de pequeño formato y en ocasiones, se vuelve claramente puntillista, según el modelo creado por Seurat.
Detalle del autorretrato de Darío de Regoyos. (Foto: WP)
Darío de Regoyos (1857-1913) nace en Asturias, estudia con Carlos de Haes, en Madrid, en la Academia de San Fernando, vive durante un tiempo en el País Vasco, y finalmente muere en Barcelona, en 1913. Desde muy joven marcha a Bélgica donde reside largos años y se hace miembro del Grupo de los XX, todo lo cual deja en él fuerte influencia.
Viaja mucho por toda Francia y España. En 1888 se publica el libro La España negra, con poesías del poetaVerhaeren e ilustraciones de Regoyos. Fue gran amigo del pintor belga Van Rysselberghe, que ha dejado su retrato inmortalizado cantando y tocando la guitarra alegremente.
La pintura de Regoyos se caracteriza por la belleza de colorido, la suavidad de su luz -siempre tenue y filtrada como consecuencia de su estancia en las neblinosas tierras belgas - y la sencillez y la humildad de sus temas, por lo que se le ha llamado con nombre que se ha hecho popular, el pintor franciscano.
Ortega y Gasset le denominó Frà Angelico del soto y de la col. Sus lienzos suelen ser de pequeño formato. En ocasiones, su pintura se vuelve claramente puntillista, según el modelo creado por Seurat, siendo prácticamente el único representante de esta modalidad en nuestro país. No obstante su puntillismo siempre estará suavizado y tamizado, no llegando a los geometrismos volumétricos de los pintores franceses.
Su pintura de paisajes hispanos, que esas reminiscencias juveniles de la España Negra quisieron hacer expresionistas y lúgubres -a la manera como luego lo hicieron un Zuloaga o un Solana-, se quedan en suaves y tiernas escenas pueblerinas y aldeanas, rurales o de capitales de provincia, matizadas bellamente por el dorado de sus ocres y sus originales tonos violáceos y azulgrises.
Regoyos es uno de los pintores costumbristas y de paisajes más relevantes de finales del siglo XIX principios del XX, por su factura avanzada, siempre dentro de unos parámetros muy personales y únicos. Entre sus obras más afamadas figura El Gallinero, que puede servir como ejemplo de su característico modo de pintar.
La muestra que conmemora el centenario de la muerte del pionero español del impresionismo, Darío de Regoyos, recala en Málaga hasta el próximo 13 de octubre, tras pasar por el Thyssen de Madrid y el Bellas Artes de Bilbao.
- Ana María Preckler es escritora y Licenciada en Geografía e Historia. Nacida en Santa Cruz de Tenerife reside actualmente en Madrid. Es autora de Historia del arte universal de los siglos XIX y XX, una obra en dos volúmenes publicada por Editorial Complutense.
Viaja mucho por toda Francia y España. En 1888 se publica el libro La España negra, con poesías del poetaVerhaeren e ilustraciones de Regoyos. Fue gran amigo del pintor belga Van Rysselberghe, que ha dejado su retrato inmortalizado cantando y tocando la guitarra alegremente.
La pintura de Regoyos se caracteriza por la belleza de colorido, la suavidad de su luz -siempre tenue y filtrada como consecuencia de su estancia en las neblinosas tierras belgas - y la sencillez y la humildad de sus temas, por lo que se le ha llamado con nombre que se ha hecho popular, el pintor franciscano.
Ortega y Gasset le denominó Frà Angelico del soto y de la col. Sus lienzos suelen ser de pequeño formato. En ocasiones, su pintura se vuelve claramente puntillista, según el modelo creado por Seurat, siendo prácticamente el único representante de esta modalidad en nuestro país. No obstante su puntillismo siempre estará suavizado y tamizado, no llegando a los geometrismos volumétricos de los pintores franceses.
Su pintura de paisajes hispanos, que esas reminiscencias juveniles de la España Negra quisieron hacer expresionistas y lúgubres -a la manera como luego lo hicieron un Zuloaga o un Solana-, se quedan en suaves y tiernas escenas pueblerinas y aldeanas, rurales o de capitales de provincia, matizadas bellamente por el dorado de sus ocres y sus originales tonos violáceos y azulgrises.
Regoyos es uno de los pintores costumbristas y de paisajes más relevantes de finales del siglo XIX principios del XX, por su factura avanzada, siempre dentro de unos parámetros muy personales y únicos. Entre sus obras más afamadas figura El Gallinero, que puede servir como ejemplo de su característico modo de pintar.
La muestra que conmemora el centenario de la muerte del pionero español del impresionismo, Darío de Regoyos, recala en Málaga hasta el próximo 13 de octubre, tras pasar por el Thyssen de Madrid y el Bellas Artes de Bilbao.
- Ana María Preckler es escritora y Licenciada en Geografía e Historia. Nacida en Santa Cruz de Tenerife reside actualmente en Madrid. Es autora de Historia del arte universal de los siglos XIX y XX, una obra en dos volúmenes publicada por Editorial Complutense.
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