¿Obras de arte? hechas a partir del DeepFace de Facebook
Típico, subes varias fotografías a Facebook y al final, este sitio te pregunta si quieres etiquetar a las personas que aparecen en las fotos y te muestra varias coincidencias de rostros que, según esta red social, pertenecen a la misma persona.
Si bien esta función a veces la riega, casi siempre es muy certera, su nombre es DeepFacey para algunos, también sirve para generar arte.
Este programa de reconocimiento facial fue creado por Mark Zuckerberg y compañía, su porcentaje de acierto es de 97.35%. Así, DeepFace estudia cada fotografía por medio de 120 millones de parámetros diferentes, creando modelos tridimensionales basados en los rasgos de los rostros de las personas, como por ejemplo, la distancia de las orejas, los ojos y la nariz.
Con estas plantillas, la inteligencia artificial de Facebook realiza las sugerencias de etiquetado. Y es que estas lineas de información, están elaboradas a partir de rasgos que no cambian (o lo hacen muy poco) con el tiempo.
Así, para Facebook, el rostro de unos de sus contactos es algo así:
Si bien, al no conocer el algoritmo usado por Facebook estos signos no sirven de nada, no ha faltado quien piensa que estos datos son una obra de arte moderno, lo cual no nos extraña tanto pues hoy en día está de moda convertir cualquier cosa en un objeto de expresión artística. En este caso, Jason Rabie y Brian House tomaron las plantillas de sus rostros y las de varios de sus amigos (durante un breve periodo del 2013, Facebook permitió descargarlas), y las enmarcaron.
Convencidos de que habían creado arte, montaron una pequeña muestra a la que llamaron Eternal Portraits, que hasta marzo de este años estuvo expuesta al público en una galería de arte contemporáneo en Stamford, Connecticut.
Cuando Facebook cerró el acceso público a los datos que generan esta información, la peculiar colección de House y Rabi adquirió más valor.
¿Para ustedes estos retratos son obras arte o únicamente unos códigos sin valor artístico alguno?
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Galería: El maestro de las ilusiones ópticas
Nuestro cerebro puede ser fácil de engañar, sobre todo por el sentido de la vista. Ya puede ser porque no vemos bien y nos faltan lentes o por situaciones ajenas a nosotros que nos hacen percibir la realidad de diferente manera.
Esto sucede con las ilusiones ópticas, ya sean fisiológicas por la sobre esimulación de los ojos o el cerebro (brillo, color, movimiento) o cognitivas, en las que el conocimiento que tenemos interviene en lo que vemos (por ejemplo, cuando en el Jarrón de Rubín se ven dos caras o solo un jarrón).
Estas ilusiones suceden porque el cerebro puede concentrarse solo en un objeto y cuando se presentan dos formas en una sola imagen, producen confusión.
El profesor japonés de psicología Akiyoshi Kitaoka se ha dedicado a estudiar las ilusiones ópticas a través de la psicología de Gestalt, al estudiar la percepción visual de formas geométricas, el color, ilusiones de movimiento y otros fenómenos visuales.
Su imagen más famosa es la llamada Rotating Snakes, que es una ilusión periférica de deriva.
¿Cuándo ven las imágenes si se mueven o su cerebro es muy poderoso como para caer en estas trampitas?
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