28 de noviembre de 2015

Dinosaurios y becerros


Una mañana, abriremos los ojos repitiendo el gesto de rutina, alcanzaremos el aseo y tras lavarnos la cara, para despejarnos, veremos en el espejo que todo ha cambiado. No sabremos cómo pero sí que no hay vuelta atrás. La esperanza rota en esquirlas, no existirá un ideal al que volver.

El desastre político es un mero capítulo. Atruena como si sólo él existiera. Sabemos que aunque tras el 20-D el Parlamento tenga cuatro en vez de dos grandes partidos no habrá honda transformación. Quienes la deseamos volvemos a ser minoritarios. El sistema gana otra vez la mano. Más hábil y rápido: se ha reinventado. El bipartidismo ha parido un heredero: Ciudadanos ¡Larga vida a la dinastía!
Mientras, como señala Almudena Grandes, asistimos al envejecimiento acelerado de nuestras opciones políticas, la Tierra sigue girando, erosionándonos de forma, en el día a día, imperceptible; a la larga, radical. Al leer que los planes de estudio eliminan la Filosofía -con resistencia de Andalucía o Cantabria-, nos preguntamos: pero, ¿se impartía aún?
Todos sabemos que, como las clásicas, es una inutilidad. El pensamiento crítico en nuestro mundo está fuera de lugar, hasta penalizado. ¿Debería ser distinto? ¿Puede uno oponerse a la evolución de la especie? ¿Escribió Darwin que prevalecen los críticos? No, vencen los fuertes. Entendida "la fuerza" como mayor capacidad de adaptación.
Y la mente evoluciona más veloz que el cuerpo. Aún conservamos meñiques y apéndice, pero ya nos hemos desprendido de las Humanidades. ¿Quién podría culparnos cuando una licenciatura "de Letras" cierra puertas? ¡Si ni Arquitectura sirve para ganarse el pan!
El pensamiento, la creación intelectual, incluso la investigación básica sin aplicación inmediata, son banalidades a extinguir y pronto. No hablemos del arte. "Arte" es la forma pretenciosa de llamar a lo que el franquismo, con merecimiento, castigaba con la Ley de vagos y maleantes. Para dejarse ver en inauguraciones, presentaciones y estrenos hay obra acumulada durante milenios. ¡Ni ganas, ni tiempo tendremos de tanto!
Emprender, producir beneficio, auto-emplearse si es el único modo. Mentir llegado el caso, sin improvisar, planeándolo, como la Volkswagen. La relativización del engaño, el borrado sistemático del dilema moral se imparte en las escuelas de negocio, invernaderos de éxito en que florecen los líderes de nuestro tiempo.
"Más de la mitad de los españoles ha experimentado soledad el último año y uno de cada diez con mucha frecuencia", revela un estudio sociológico. Quizá los cuatro millones de nosotros que se sienten solos cada día, hayan advertido ya ante su espejo que el dinosaurio ha sido reemplazado por aquel becerro dorado como los soles, pero más frío que cualquier reptil. Muerto.
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