11 de noviembre de 2015

“La pintura, la música y la filosofía,

 son el trípode que constituye mi poesía”


“La pintura, la música y la filosofía, son el trípode que constituye mi poesía”Andrés Matías es abogado titulado de la universidad La Gran Colombia, con estudios en derecho constitucional, pero desde temprana edad se interesó por la literatura, en especial por la poesía, y a pesar de haber vivido fuera del Quindío durante mucho tiempo, se encuentra de nuevo radicado en el departamento y está presentando dos libros al público.
Andrés Matías, poeta quindiano que lanzará su próximo libro, La lluvia en la mitad de la noche, el próximo año en Chile.

Uno de ellos es su última obra titulada La lluvia en la mitad de la noche y el otro corresponde a la antología El viaje mori, en la que aparece con varios de sus escritos.  
Siendo abogado, ¿de dónde nace su interés por la literatura?
Mis inquietudes hacia la literatura surgieron desde que era niño, con un amor profundo por el lenguaje, especialmente por la poesía. Mis primeros poemas los hice a los 7 u 8 años, imitando un poco el trabajo de otros autores como Pablo Neruda.
Para mí fue una gran sorpresa conocer a Elías Mejía, porque creía que todos los artistas de este género literario estaban muertos, ya que en el colegio solo escuchaba mencionar a aquellos que ya no vivían. Saber que había autores que estaban vivos me ayudó a entender que la cultura es la ordenación de valores y no cargar con un montón de ideas muertas.

¿Por qué siendo apenas un niño se inclinó por la poesía?
Inicialmente me influenció Francisco García Cárdenas, mi profesor de español, quien me sensibilizó frente al lenguaje, pero además contribuyó mucho el colegio San José Hermanos Maristas, en donde existían varios concursos alrededor de la palabra, entre los que se encontraba el de oratoria y poesía. Ahí comencé a entender que la poesía no es un aparato verbal, que la retórica, el discurso o la declamación no es poesía. Poesía es algo más profundo que a veces no tiene nada que ver con el poema porque puede ser un paisaje, un momento de amor con la pareja y está ligada a casi todas las circunstancias del hombre y de la historia.

¿Después de aprender aspectos de la poesía, cómo empezó a desarrollarse dejando de lado la imitación de otros autores?
Comencé a encontrarme con el género y mis primeras expresiones fueron relacionadas con el dolor que vivía —el dolor ha escrito los grandes poemas de la humanidad—. Asimismo, más adelante tuve el privilegio y el orgullo de fundar el café literario de la universidad La Gran Colombia de Armenia, cuando era estudiante de derecho. Allí, durante tres años, tuve la oportunidad de tener más de 90 diálogos con diversos intelectuales del país, entre ellos muchos poetas. De ahí me fui a vivir a Bogotá y comencé a encontrarme y a conocer a quienes habían sido mis héroes literarios —Juan Manuel Roca, Jaime García Maffla, Nelson Romero Guzmán— que incidieron en mi entendimiento del poema como obra de arte y en la manera de concebirlo en nuestra época.
De estas experiencias concluí que para enriquecer la dicción poética de un autor, es más importante el diálogo con un escritor contemporáneo que con los textos de los grandes poetas de la historia.

¿Cuáles han sido sus producciones literarias?
Mi primer libro se titula La canción de los cuervos blancos, lo escribí a partir de Los cantos de Maldoror. Fue publicado por la editorial Cubic, en Argentina y tiene prólogo de Roberto Burgos Cantor. Mi segunda aparición fue en Bogotá, bajo el sello Piedra de Toque Editores, en una pequeña antología que Juan Manuel Roca llamó Canto a cuatro voces.
Después de casi diez años de trabajo aparece la Colección Letras de la prestigiosa fundación Arte es Colombia, que integra nueve libros y uno de esos es de mi autoría y se llama La mariposa en el muro.

¿Cuáles son las obras que ahora está presentando?
Son dos obras. Una es La lluvia en la mitad de la noche, que cuenta con prólogo de Nelson Romero Guzmán, ganador del premio Casa de las Américas de este año y premio nacional de literatura.
En este, los lectores podrán encontrar 22 poemas bajo el sello de la Liga Latinoamericana de Artistas y la dirección de Alonso Jiménez, antropólogo y pintor de la universidad Nacional de Colombia.
De otra parte, me hicieron un llamado de la liga antes mencionada para aparecer en una antología de ocho poetas latinoamericanos, que se llama El viaje mori. Allí comparto escena con escritores de la calidad de Ochoa Coral. Este es el segundo libro que estoy dando a conocer.

¿Cómo define La lluvia en la mitad de la noche?
Es el canto de dolor del cisne que siente que el mundo está por desaparecer, el trasfondo es el sentimiento del desamor al que me sentí sometido en los últimos meses. En la primera capa se podría decir que es un libro de amor a alguien que ya no está, pero en el conjunto es la nostalgia del mundo perdido.
El poema como obra de arte no solo alimenta del lenguaje, sino desde otras cosas y en mi caso, la pintura, la música y la filosofía, es el gran trípode que constituye mi obra poética.

¿Qué representa haber sido llamado para esta antología?
Es un reconocimiento no solo para mí, sino para la provincia colombiana y considero que la gran poesía nacional se esta escribiendo desde las pequeñas regiones.

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