Son muchos los poetas que vagan desnudos por las páginas indecisas de los libros sin título.
Muchos los que se dejan caer entre los megabites de los tratamientos de texto.
Muchos los que acaparan el Facebook con postales idílicas y frases que no les pertenecen.
Si quieren ser buenos con la humanidad:
adopten un poeta por Navidad.
Muchos los que se dejan caer entre los megabites de los tratamientos de texto.
Muchos los que acaparan el Facebook con postales idílicas y frases que no les pertenecen.
Si quieren ser buenos con la humanidad:
adopten un poeta por Navidad.
Coplas quebradas, sonetos, romances y pareados.
Abetos, papás noeles y jesusitos rosados.
¿Quién no quiere tener un poeta retozando en la puerta del portalico
merendando polvorones, turrón del duro mientras se inventa un villancico?
Si quiere ser alternativo, diligente y creativo
(con lo que se lleva en estos tiempos, al menos de boca para afuera)
adopte en Navidad a un poeta.
Abetos, papás noeles y jesusitos rosados.
¿Quién no quiere tener un poeta retozando en la puerta del portalico
merendando polvorones, turrón del duro mientras se inventa un villancico?
Si quiere ser alternativo, diligente y creativo
(con lo que se lleva en estos tiempos, al menos de boca para afuera)
adopte en Navidad a un poeta.
Al resto déjenos morirnos en paz sobre el impertinente ritmo del verso libre,
sobre la descabalada hambre del verbo inconcluso,
del voto derramado,
del latido detenido en el vértice pluscuamperfecto de los historiadores sin memoria,
de las urnas ahuecadas por el miedo y el olvido.
sobre la descabalada hambre del verbo inconcluso,
del voto derramado,
del latido detenido en el vértice pluscuamperfecto de los historiadores sin memoria,
de las urnas ahuecadas por el miedo y el olvido.
Déjennos suicidarnos felices sobre los lechos manchados con el sudor de la esperanza,
que ya vendrán otras voces para redimirnos de la vanidad que habita estos días oscuros sin preguntas ni cabal escrutinio.
que ya vendrán otras voces para redimirnos de la vanidad que habita estos días oscuros sin preguntas ni cabal escrutinio.
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