14 de diciembre de 2015

El códice Voynich, el libro más raro del mundo,

 se copiará en Burgos
El códice Voynich, el libro más misterioso del mundo, se copiará en Burgos
La historia de la literatura aún oculta misterios fascinantes.
Como el códice Voynich, un manuscrito medieval descubierto hace más de cien años quenadie ha podido leer, porque está escrito en una lengua desconocida.

Custodiado como un tesoro en la Biblioteca de Libros Raros de la Universidad de Yale (Estados Unidos), la editorial burgalesa Siloé ha sido la elegida para crear un facsímil, una réplica exacta, que servirá para que los estudiosos puedan desvelar sus secretos sin estropear el original.
Los más prestigiosos criptógrafos y lingüistas del mundo han intentado descifrar la escritura del códice Voynich, sin éxito. Desde expertos de la CIA a matemáticos que rompieron los códigos de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, nadie ha podido traducir esta lengua desconocida.
El códice Voynich, el libro más raro del mundo, se copiará en Burgos
No es sólo lo que dice, sino también lo que muestra: listas de ingredientes para crear algún tipo de pócima o combinación química, y plantas de formas y origen desconocido:
El códice Voynich, el libro más raro del mundo, se copiará en Burgos
En sus 240 páginas, algunas sospechosamente perdidas, los dibujos revelan de qué hablan los textos: herbología, astronomía, biología, cosmología, farmacia y recetas de pócimas:
El códice Voynich, el libro más raro del mundo, se copiará en Burgos
Otro detalle significativo es que las páginas están llenas de mujeres desnudas:
El códice Voynich, el libro más raro del mundo, se copiará en Burgos
El manuscrito Voynich fue descubierto en 1912, aunque se han hallado documentos que hablan de él en el siglo XVII. No se trata de una falsificación. Los análisis del Carbono 14 llevados a cabo por la Universidad de Arizona certifican que el pergamino fue fabricado entre 1404 y 1438, con una fiabilidad del 95%. El McCrone Research Institute de Chicago ha demostrado que fue escrito con una pluma de ave y tinta de colores pocos años después.
El desconocido lenguaje utilizado, que ha sido bautizado con el nombre de voynichés, tampoco es inventado. Sigue la Ley de Zipf, formulada en 1940, según la cual en todas las lenguas humanas naturales si coges la palabra más usada en un texto largo, se repite el doble de veces que la segunda más frecuente, el triple de veces que la tercera, etc. Esta ley no se cumple en los lenguajes artificiales como el élfico de Tolkien o el Klingon de Star Trek, pero sí en el voynichés. Y su autor no podía conocerla 500 años antes de que se formulase.
Además toda la escritura es fluida, como ocurre con una lengua natural cuando se escribe. No hay pausas en el trazo para inventarse palabras o escribir al azar. Y se han detectado reglas ortográficas: letras que siempre van juntas, otras que nunca van juntas, etc.
¿Quién escribió el manuscrito Voynich, y qué es lo que dice? Como es fácil imaginar, las teorías son abundantes: desde un nativo de la América prehispánica en una lengua muerta, a un monje medieval con mucho tiempo libre, e incluso, un ser venido de otro planeta, debido a las referencias astronómicas y cosmológicas que contiene.
Lo que fascina a los investigadores es que parece una lengua natural, pero no se ha visto replicada en ningún otro documento. Y si se trata de un lenguaje encriptado sería uno los mejores ejemplos de criptografía conocidos, porque en 600 años los mayores expertos en criptografía del mundo no han podido descodificarlo.
Como hemos comentado, el manuscrito Voynich está custodiado en la Universidad de Yale (Estados Unidos). Son muchas las editoriales que han pedido editarlo. Tras diez años de deliberación la universidad americana ha elegido a la Editorial Siloé, con sede en Burgos, para que lleve a cabo una reproducción facsímil que será la que utilicen los estudiosos, manteniendo a salvo el original.
La editorial Siloé está especializada en reproducciones facsímiles de libros antiguos. Réplicas exactas de joyas como el Bestiario de Westminster o el Libro de Horas de Luis de Laval que le han valido varios premios del Ministerio de Cultura. El hecho de que apenas edite un libro al año es una buena muestra de su dedicación al trabajo meticuloso y artesanal.
Su elección en exclusiva, por parte de la Universidad de Yale, superando a otras editoriales de todo el mundo, es un reconocimiento internacional a su labor.
Quizá dentro de unos meses, con la publicación del facsímil del Códice Voynich, y en el futuro con una posible edición digital, los investigadores consigan, al fin, desvelar todos sus secretos.

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