Retrospectiva de Julio López Hernández en la Real Academia de San Fernando
Julio López Hernández (Madrid, 1930) se inició en el taller familiar de orfebrería, pasó a la Escuela de Artes y Oficios, y después a la de Bellas Artes de San Fernando donde también estudian Antonio López y Lucio Muñoz, con los que forma un grupo en el que se integran compañeras de curso como María Moreno y Amalia Avía que integran lo que se conoce como ‘escuela realista madrileña’ en la que no participó Lucio Muñoz al decantarse por la abstracción, pero que acoge a Francisco López Hernández y a su mujer Isabel Quintanilla.
Con becas del Gobierno Francés y de la Fundación Juan March viaja a Francia e Italia y su obra empieza a tener peso específico, hasta el punto que en 1982 es galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas, y en 1986 es elegido miembro de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, cuando sus esculturas tienen ya dimensión internacional. En 1955 participó con Antonio López y Lucio Muñoz en una colectiva abierta en la Sala de la Dirección General de Bellas Artes de Madrid, y en 1963 en la Bienal de Alejandría, exposiciones colectivas e individuales que se fueron mostrando en espacios españoles y extranjeros, a la vez que realizaba medallas y obras para espacios públicos.
Una obra que tenía/tiene en el dibujo su basamento, la idea desarrollada en líneas maestras que Julio López Hernández ha ido cultivando a las mil maravillas. Realidad que se pone de manifiesto en la exposición ‘El camino inverso’, abierta en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, hasta el 6 de marzo de 2016.
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