4 de febrero de 2016

Una mujer de la limpieza tira una obra de arte contemporáneo a la basura

Estaba formada por varias mantas térmicas de supervivencia, de apariencia muy parecida al papel de aluminio, arrugadas y desperdigadas por el suelo que simbolizaban «los escasos medios con los que se lucha en los rescates en alta mar»
RTLNEXT.RTL.DE  La obra de arte que fue destrozada sin querer - rtlnext.rtl.de

La guerra silenciosa que las mujeres de la limpieza alemanas parecen haber declarado al arte contemporáneo acaba de anotar otra batalla a favor de las primeras.
ROSALÍA SÁNCHEZ- Berlín - 04/02/2016 a las 08:58:37h. - Act. a las 10:09:30h.Guardado en: Cultura , Arte
 El destrozo ha tenido lugar esta vez en la iglesia evangélica Philippuskirche de la ciudad de Mannheim, donde una encargada del aseo del templo ha tirado a los contenedores de residuos buena parte de la instalación titulada «Vivienda 6/2016», con la que la artista Romana Menze-Kuhn trataba de llamar la atención sobre el drama de los refugiados. El padre Gerd Frey-Seufert ha disculpado a la atacante explicando que «no identificó que se tratase de una obra de arte y se limitó a cumplir con lo que creía que era su trabajo», al tiempo que ha descartado cualquier trasfondo de xenofobia; «en absoluto, sencillamente pensó que era basura y actuó en consecuencia».
La obra de arte en cuestión consistía en varias mantas térmicas de supervivencia, de apariencia muy parecida al papel de aluminio, arrugadas y desperdigadas por el suelo, delante del altar, con las que la artista pretendía simbolizar «los escasos medios con los que se lucha en los rescates en alta mar». «Las partes de la instalación que faltan simbolizaban para mí las personas que necesitan ayuda, que viajan en busca de protección y una nueva casa, una nueva vida, también en el seno de la iglesia», ha declarado Menze-Kuhn, que por otra parte ha reaccionado con resolución y pragmatismo.
La artista ha reconstruido parte de la instalación, ha añadido un contenedor de basura con parte de la obra anterior en su interior, la ha titulado “Vivienda 6a/2016” y puede ser visitada hasta el 14 febrero. «Al principio quedé bloqueada, estaba claro que el destrozo impedía la reconstrucción de la obra, pero después entendí que podía integrarlo en ella», ha declarado la artista, que reside en Eschborn, Hesse, y que afirma que «sigo sin entender cómo ha podido pasar». «Estoy muy enfadada», ha reconocido, «uno puede pensar lo que quiera de una obra de arte, pero intervenir así es una gran falta de respeto y me ha indignado».
No es la primera vez que una obra de arte contemporánea sufre una agresión en Alemania por parte del personal de mantenimie0nto. En 2011, la instalación «Wenn es anfängt durch die Decke zu tropen» (Cuando empieza a gotear el techo) del artista Martin Kippenberger (1953-1997), valorada en 800.000 euros, fue víctima de la fregona de una señora de la limpieza del Museo Ostwald de Dortmund. Este incidente ocurrió después de que en diciembre de 2010 un visitante se cayese dentro de otra obra, titulada “El espíritu de la luz» y realizada por Otto Piene.
En el más reciente caso de Mannheim, al igual que en los anteriores, la responsable de los destrozos no sufrirá consecuencia alguna. La iglesia Philippuskirche ha decidido correr con los gastos ocasionados, que prefiere no concretar, y no establecer sanción alguna contra la señora de la limpieza. «Lo que ha pasado ya ha sido suficientemente vergonzoso para ella», ha zanjado el padre Gerd Frey-Seufert.

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