En el contexto de la guerra de Granada, y tras las conquistas de las plazas nazaríes de Vera, Vélez Blanco y Vélez Rubio, los Reyes Católicos, que entre abril y julio de 1488 habían estado en el reino de Murcia, emprenden el regreso a tierras castellanas. Desde Murcia pasaron a Orihuela, y siguiendo el curso del río Vinalopó, camino natural de comunicación con la Meseta, se dirigieron hacia Castilla.
Desconocemos más datos de aquella breve visita, pero imaginamos que tras las sesiones de las Cortes del reino de Valencia celebradas en la ciudad de Orihuela en julio de 1488 a las que debió asistir el señor de Elda como miembro de la nobleza valenciana, los reyes fueron acompañados y escoltados en el camino de regreso por los principales señores de la zona, entre los que se encontraba el conde de Cocentaina, a la sazón señor de Elda, Petrer, Salinas y Aspe.
Por Elda abandonaron el reino de Valencia y pasaron a la jurisdicción castellana, dirigiéndose hacia tierras conquenses, donde ya les encontramos el día 12 de agosto en Belmonte. Ignoramos si Joan Roiç de Corella les agasajó en su palacio de Elda, avitualló a la comitiva regia para el viaje de regreso o si aquella visita alteró de algún modo y por algunas hora la vida de los eldenses que, como buenos musulmanes, todavía se regían por las leyes y costumbres coránicas.
Escrito por Gabriel Segura - 09 Agosto 2017
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