Su ensoñado Al Andalus.
Desde hace varios años los grupos yihadista tienen en su hoja de ruta volver al esplendor del Medievo cuando, con la religión como pretexto –mandato divino-, se proponían conquistar el mundo, y en parte lo consiguieron porque en ese momento histórico, faltaba una potencia hegemónica ya que el imperio Bizantino estaba en manifiesta decadencia.
Fue cuando desde Arabia salta a África y se extiende por Asia. Por el litoral mediterráneo llegan al Atlántico asentándose en la Mauretania, de donde, aprovechando el divisionismo del reino hispano-visigodo, con sede en Toledo, invaden y ocupan la Península Ibérica, y tratan de hacerse con las Galias, cosa que no consiguieron.
Hispania era una realidad política desde la prehistoria dentro del Imperio Romano y lo siguió siendo con los visigodos; un territorio que fue adquiriendo personalidad propia en sectores de la economía y en el desarrollo de la cultura. Hispanos fueron tres emperadores romanos, y escritores como Séneca, Lucano o Mela, u obispos de proyección internacional como Osio de Córdoba e Isidoro de Hispalis. Pero hace 13 siglos los musulmanes invaden y se instalan en Hispania intentando desde el principio borrar la historia y empezar de nuevo con su etapa colonial. Se destruyeron templos, edificios emblemáticos y bibliotecas, y buscaron la manera de cambiar nombres como sucedió con el rio Betis, llamado Rio (Guad) grande (quevir) o Hispalis a la que pusieron Sevilla, y a Hispania que denominaron Al Andalus, algo así como ‘el dorado’, un vergel comparado con los desiertos que conocían.
Y esa estrategia colonialista se puede seguir en el Monetario del Museo Arqueológico Nacional, con sede en Madrid, donde se conserva un sólido de oro en cuyo anverso está grabada una estrella de ocho puntas, y al margen, el texto que se traduce ‘En nombre de Dios no hay mas dios que Dios (Alá), ninguno se puede asociar a El’; y en el reverso: ‘este sólido fue grabado en Spania año 93’, Pero los invasores trataron pronto de arrancar de cuajo todo vestigio anterior. Y en otra moneda posterior, dinar de oro, presenta en el centro del anverso la estrella de ocho punta, y al margen se lee ‘sólido grabado en Spania el año 91’, y en el reverso, leyenda central en caracteres árabes: ‘Mahoma es el enviado de Dios’, y al margen, ‘este dinar fue acuñado en Al-Andalus en el año 98’, es decir 87 años después de la llegada de los musulmanes a Spania-Hispania-España. Como se advertirá se aprecia un error, año XCI, 91, en el lado latino, y 93 en el reverso árabe, que debió ser el año de la acuñación.
Los musulmanes invadieron Hispania el año 711, y mientras se asentaban, el latín se utilizaba porque era el idioma de los hispanos, y así se observa en las monedas del siglo VIII con la denominación de Spanan/Spania; la Hispania que resiste al invasor y pronto, en Asturias, se inicia la Reconquista que cuesta siglos porque los hispanos están divididos en reinos o condados en manos de estirpes familiares. Y cuando por fin se logra la unión, el Reino de Hispania ultima la Reconquista y se convierte en una gran potencia a nivel mundial. Porque la unión hace la fuerza.
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