LIBROS
Adiós a Félix Grande, nieto de un cabrero y gran poeta inspirado por Machado.
Vallejo, Machado y Rosales fueron algunos de los referentes principales de este escritor, flamencólogo y animador cultural incansable
Me entero de la muerte de Félix Grande por Andrés Sorel que como director de la Asociación Colegial de Escritores nos ruega que molestemos lo menos posible a la familia y nos anuncia que, probablemente será enterrado en Tomelloso.
Sabíamos de primera mano de la enfermedad fulminante de Félix Grande porque era ahora nuestro Presidente de la Asociación, cargo que le gustaba porque Félix fue siempre hombre de combate, poeta que quería ser de gesto público aunque cuando escribía lo hacía desde la más absoluta privacidad. Aunque sabíamos de su enfermedad, una pancreatitis, el dolor y la sorpresa, a razón de esa sorpresa ante lo inevitable habla bien a las claras de que el hombre lo es gracias a la esperanza, están ahí porque Félix fue siempre un compañero de profesión, un hombre quecreía en el colectivo de escritores y que luchó desde los puestos que ocupó en la Asociación para que los escritores tuvieran por lo menos, la dignidad otorgada a cualquier autónomo.Nieto de un cabrero, nace en Mérida
Félix nació en Mérida por avatares relacionados con la Guerra Civil, pero su lugar, su paisaje fue siempre Tomelloso, vivió en esta ciudad manchega desde los dos hasta los veinte años, porque conformóel imaginario de la infancia y juventud, que es cuando se configuran destinos futuros y recursos a la memoria. No en vano su poesía reunida se títula Biografia y su último libro de poemas, Libro de familia. Nieto de cabrero, Félix conoció de primera mano el goce de ciertas sensaciones ligadas al campo pero también los dramas y la sordidez y la opacidad de la miseria y la represión ciega y brutal.
Su mejor libro
«Las rubaiyatas de Horacio Martín», por el que recibió el Premio Nacional de Poesía, ha sido sin duda su gran libro. Aquí muestra como la deuda con Vallejo, con Machado y con Pessoa puede dar lugar a una poesía inspirada pero de corte radicalmente personal. Pero Félix, aparte de poeta, fue hombre de variadas actividades, lo que probablemente hizo que su obra no se agrandase demasiado, luego publicó, después de muchos años, «La cabellera de la Shoah» y «Libro de familia», y así conviene destacar su labor entre 1983 y 1996, comodirector de «Cuadernos Hispanoamericanos», después de haber trabajado durante muchos años junto a Luís Rosales, uno de sus grandes amigos y referentes.
Era sentencioso, porque era manchego, nieto de cabreros y hombre de memoria de campo, era un excelente amigo, era hombre cercano. Ahora recordamos a Félix pero también a Paca Aguirre, su viuda, poeta, ya a Guadalupe, su hija, poeta. «Libro de familia». No pudo titularlo mejor.
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