29 de marzo de 2014

ARTE

Josef Albers, cuando menos es mucho más

La Fundación Juan March dedica la primera retrospectiva en España a este artista multidiscilinar y visionario

ÁNGEL DE ANTONIO             ABC.ES
Menos es más, promulgó Mies van der Rohe. Uno de sus colegas en lamítica BauhausJosef Albers, hizo propia esta máxima y la aplicó tanto a su vida como a su trabajo. De ahí el título de la primera retrospectiva en España dedicada a este artista, organizada por laFundación Juan March, en colaboración con la Josef & Anni Albers Foundation: «Medios mínimos, efecto máximo». Toda una declaración de intenciones: eligió austera y voluntariamente la economía de medios para elaborar un corpus teórico y práctico de gran calado. Ese fue su gran legado: sacar el máximo partido usando recursos limitados.

Es la tesis de la nueva exposición de la Fundación March, que, desde hoy y hasta el 6 de julio, despliega a través de un centenar de piezas el talento de Josef Albers (Westfalia, Alemania, 1888-Connecticut, Estados Unidos, 1976). En este caso admiramos su trabajo en solitario. A menudo se exhibe conjuntamente la obra del matrimonio Albers, pero es de justicia dedicarles muestras por separado, pues tienen personalidades bien diferenciadas. Anni se especializó sobre todo en el diseño de textiles y joyas.

Hombre orquesta de las vanguardias

Josef Albers, en cambio, abarcó muchísimos campos. Hombre orquesta de las vanguardias (pintor, fotógrafo, poeta, fotógrafo, diseñador, tipógrafo...), fue el primer artista vivo en exponer en el Metropolitan Museum de Nueva York. Comienza la retrospectiva con algunos de sus primeros dibujos figurativos, apenas esbozados con dos o tres trazos. Junto a ellos, ejemplos de sus exquisitaspinturas sobre cristal. En ocasiones empleaba cristales recogidos en vertederos o fragmentos de una botella; en otras, vidrios esmerilados más costosos en los que se cuela la geometría y que tienen una carga arquitectónica muy fuerte. Semejan rascacielos.
Albers no comienza a pintar lienzos hasta que llega a Estados Unidos en 1933. Parte de sus obras están muy vinculadas a México –como sus«Adobes»–, país al que él y su mujer viajaron en muchas ocasiones. Sus vivos colores y su arquitectura colonial quedaron plasmados en sus creaciones. Contrastan con series monocromas que cuelgan también en las salas: grabados sin tinta en blanco o vinilos negros recortados.

Pasión por el color

Una de las grandes obsesiones de Albers fue el color. «Cuando pinto pienso y veo ante todo color, pero color como movimiento», decía. Le interesaba especialmente cómo interactúan unos colores con otros. De hecho, en sus trabajos escribía en el reverso anotaciones sobre el tono exacto que debía utilizar y en qué cantidad. Publicó el libro«Interacción del color», en el que incluía los curiosos experimentos que hacían sus alumnos de Yale. Se exhibe la edición príncipe. También, su serie gráfica «Never Before», así como estudios de color encerrados en vitrinas.
El recorrido se interrumpe con un espacio en el que se exhiben algunos de sus diseños de mobiliario (como su célebre silla 244) y cuelgan sus fotos de árboles, dunas, ríos, tramos de escaleras... siempre con una visión geométrica. También, sus retratos de colegas en la Bauhaus como Gropius, Van der Rohe, Klee, Schlemmer y Kandinsky, así como obras que éstos le regalaron.

Homenajes al cuadrado

La última etapa de su carrera la dedicó a homenajear al cuadrado. Hizo más de 2.000 obras de esta serie, en la que unos colores parecen penetrar en otros. Primero eran cuadrados multicolores, después experimentaba con todos los matices del espectro de un color. Una amplia selección de ellos cierra la muestra. Hay excelentes préstamos del Metropolitan, la Fundación Beyeler... Decía su padre –pintor de brocha gorda, fontanero, electricista, carpintero...– que «cuando se pinta una puerta hay que empezar por el centro e ir avanzando, porque de esa manera se controla el goteo y no se ensucia uno los puños». Su hijo tomó buena nota.
La Fundación March, que también llevará obras de Albers a sus otras dos sedes, Palma de Mallorca y Cuenca –en ambos casos será obra gráfica–, ha publicado para la ocasión 57 textos de Josef Albers (26 inéditos y 53 traducidos al español por vez primera). «Distribuir las posesiones materiales es dividirlas. Distribuir las posesiones espirituales es multiplicarlas». Palabras sabias de uno de los grandes del siglo XX.

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