ARTE Madinat Jumeirah
Dubai: el arte sigue a los ricos
La feria de arte contemporáneo reúne en el emirato obras de más de 500 artistas valoradas en más de 32 millones de euros
- Venus/2010', del artista georgiano Giorgi Khaniashvili. MARWAN NAAMANI. - CARLA DE LA VEGA
- Si en algo se ha convertido Art Dubai en sus ocho años de vida es elmayor referente de arte contemporáneo del Medio Oriente e Irán. De hecho, el emirato árabe vuelve a ser estos días el sofisticado escaparate en el que se muestran las obras de los codiciados iraníes, los trabajos recién horneados de los artistas sirios en el exilio y de los siempre pujantes libaneses.El mejor lugar sin duda para tomar el pulso a los sauditas que salen del silencio del Reino del Desierto causando gran expectación y haciendo escalar sus precios en las subastas de Christies. Incluso aquí se puede tomar nota de las artistas de estos países en su mayoría musulmanes, porque el 50% exacto de los que exhiben aquí está realizado por mujeres (una división tan matemática y perfecta que huele a campaña de márketing de la organización).
Esta nueva edición que se celebra hasta el 22 de marzo en Madinat Jumeirah da cabida a más de 85 galerías de 34 países diferentes, 500 artistas y obras valoradas en más de 32 millones de euros. A la extensiva muestra de Arte Contemporáneo, se una retrospectiva de los clásicos modernos de medio Oriente. Y como invitado especial, el arte del Cáucaso y de Asia Central. "Es la mayor feria de la región", asegura orgullosa la directora de Art Dubai, Antonia Carver. "Queremos que Art Dubai sea un lugar no sólo de intercambio de ideas, sino que también de producción de nuevas ideas".Y en ese intercambio contínuo de ideas y de arte destacan estos días en las paredes de Art Dubai las obras acrílicas abstractas de la consagrada artista Palestina, Samia Halaby. Una explosión de color, de pinceladas cromáticas que "trasladan el lenguaje de su mente". También lo hacen las fotografías en blanco y negro de los rostros sobre los que los que la controvertida artista iraní, Shirim Neshart, escribe a mano en farsi los versos del Libro de los Reyes persas. Sus obras, pese la gran polémica que las suele acompañar por hurgar en el papel de la mujer en el mundo islámico, han sorteado la censura que siempre acompaña a Art Dubai. Y es que, aquí, nada se expone si atenta contra la religión, los emiratos árabes o los jeques que lo gobiernan. No sería la primera vez que se veta un cuadro pese a la "autocensura" de propias galerías.Sin embargo, bastante más leve es esta censura si se compara con la que sufren en casa los artistas de Arabia Saudí, en alza meteórica en los últimos tiempos en la región, desde que internet abrió los horizontes del hermetismo alawita y una subasta en Christie's puso la obra conceptual de Abdulnasser Gharem por encima de los 600.000 euros. Hay lista de espera para sus cuadros de dimensiones a gran escala que se muestran estos días en Dubái realizados con matasellos de goma con caligrafía árabe. La temática: los recientes acontecimientos en el mundo islámico. Por supuesto, nada que sea censurable.El universo paralelo del artista libanés Nadim Karam, plagado de criaturas creadas en acero y cortadas con láser, llama la atención de una de las jóvenes jequesas de Dubái y de su séquito de mujeres en abaya (en Art Dubai son ellas las que compran) el día previo a la apertura. Pregunta interesada la representante de la realeza por la escultura de un elefante de más de un metro y medio de alto construido con esas pequeñas imágenes de seres fantásticos.Desde el exilio impuesto en Dubái, el artista sirio Safwan Dahoul trae una entrega más de la colección de 'Dreams' ( sueños) que inició hace 28 años siguiendo siempre esa estética de formas geométricas y cúbicas con una paleta de colores apagados que le han dado la fama. Ahora es el rostro de una mujer, una obra emotiva llena de tristeza.Pero Art Dubai no es sólo arena de artistas consagrados, es también plataforma para los que emergen en el agitado panorama de Oriente Medio. Uno de ellos, el iraquí Athier Mousawi, cautiva con una interpretación de la guerra en acrílico con una marcada influencia del 'Guernica' en su utilización de elementos orgánicos y no orgánicos en su composición.Pero no todo se queda en el Medio Oriente, a la llamada de los 'petrodólares' también han respondido las galerías internacionales. "Es un buen lugar para encontrar a coleccionistas muy diferentes de los que hay en otras ferias del mundo... No sólo hay emiratís o sauditas, sino que también es un punto de encuentro con los coleccionistas indios", asegura Victoria Miro, dueña de la galería londinense que lleva su nombre. Por segundo año consecutivo, la galerista acude con las obras de la japonesa Yayoi KUsama y este año con una estatua de bronce bañada en 24 quilates de oro de Elmgreen & Dragset. Un éxito asegurado, con ese color dorado tan codiciado por estos lugares."Las galerías que vienen, repiten", explica la directora de Art Dubai, Antonia Carver, con el dato del 95% de reincidencia bajo el brazo. Una de las que vuelve es la única española en la feria, Sabrina Amrani, con una colección que agrupa artistas en países musulmanes.Se estrena en esta edición la galería londinese Glandstone, lo hace con la artillería pesada del indio Anish Kaapoor, con uno de sus conocidos espejos en forma de bandeja china realizado en bronce pulido y laca, en donde una vez más el artista juega con los efectos visuales. De Europa se traen al desierto también el bordado afgano del italiano Alighieiro Boetti con un alfabeto iraní y el italiano."Tener todo este arte aquí junto, en Dubái, es impresionante", dice entusiasmada una mujer india con diamantes de dos quilates en cada oreja, saltando de una obra a otra sin saber por cuál decantarse. Y es que ya lo dice a EL MUNDO la galerista iraní Rose Issa: "estábamos hambrientos de arte". Y Art Dubai promete alimentarlos.
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