26 de marzo de 2014

ARTE

Visita al gabinete de curiosidades de Hanne Darboven

FELIX KREBS. CORTESÍA HANNE DARBOVEN FOUNDATION abc.es
Vista del interior del estudio de Hanne Darboven
Si se visita esta exposición sin tener ninguna noción de quién es el autor-autora de las obras que hay en ella, podríamos pensar que es alguien que sufre un trastorno obsesivo compulsivo, pero también alguien que padece el Síndrome de Diógenes.
Lo primero, porque crea de forma metódica trabajos seriados, secuencias -numéricas y musicales- que se repiten una y otra vez hasta la saciedad, casi enfermizamente: listas de números sobre papel milimetrado, calendarios con citas, fechas y numerosas anotaciones... También se aprecia en sus cartas. Como en una que envía a Sol LeWitt en 1973, en la que repite una y otra vez: «Me gusta escribir/no me gusta leer/no me gusta leer/me gusta escribir...» Lo segundo, porque se reproduce en la muestra el estudio de la artista -en realidad, son muchos estudios-, que semeja un gabinete de curiosidades del XIX, lleno de cachivaches por todos los rincones. Parece un Rastro... y también un Arca de Noé: hay leones, jirafas, caballos, monos, y hasta un dinosaurio colgado del techo. Es una suerte de «archivo del deseo».
Todo ello forma parte del universo creativo de la artista alemanaHanne Darboven (Múnich,1941-Hamburgo, 2009), a quien elMuseo Reina Sofía dedica la primera monográfica en nuestro país. Aunque muchos la incluyan en movimientos como el minimalismo o el arte conceptual, debido a lo cartesiano de su trabajo, su«esquizofrenia creativa» hace que sea barroca y abigarrada a la hora de coleccionar obras, regalos de amigos, instrumentos musicales, souvenirs adquiridos en viajes por todo el mundo... Am Burgberg, su enorme y laberíntica casa familiar en Hamburgo, se compone de ocho edificios, cinco comunicados entre sí, que constan de varios estudios, en torno a mesas de trabajo que fue acumulando con los años en sus viajes. La primera la adquirió en Nueva York, donde residió entre 1966 y 1968 (el lengendario Leo Castelli fue su galerista). Estas mesas, rodeadas de incontables objetos, se distribuyen comoarchipiélagos, como micropaisajes, a lo largo del recorrido de la exposición, instalada en la tercera planta del Reina Sofía.

El estudio llega al museo

Esta muestra, organizada en colaboración con el Deichtorhallen de Hamburgo y la Fundación Hanne Darboven, se inscribe en la línea de otras incluidas por Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, en laprogramación del museo. Es el caso de «Atlas» o las dedicadas a Rosemarie Trockel o José Val del Omar. En ellas se reflexionaba sobre la acumulación de objetos e ideas, algo que también hace Darboven en su peculiar laboratorio. También continúa la línea de muestras como«Formas biográficas», en la que se indagaba en la relación entre vida y obra, en la casa y el estudio como una extensión de nuestro cuerpo. Las obras, en el caso de Darboven, vuelven a su contexto original: el estudio.
Y el estudio sale del estudio y llega al museo, comenta Joao Fernandes, sudirector del museo y comisario de la exposición. Para él, el tiempo es un elemento constructor en toda la obra de la artista alemana. De ahí el título de la muestra: «El tiempo y las cosas». Ambos están muy presentes en su producción y en su vida. Uno de los atractivos de la muestra es que se incluyen trabajos inéditos de sus series «Kosmos» (1985) y «Kästchenmodelle» (2007). Pero también están otras célebres como «Homenaje a Picasso» (1995-2006). No faltan sus primeros trabajos de los años sesenta (paneles con tornillos o perforados). Y, por supuesto, sus series numéricas, sus calendarios, sus composiciones musicales.
Darboven se consideraba escritora: «Soy primero escritora y luego artista». Un libro que le marcó y está presente en su producción es la «Odisea», de Homero. Ha participado varias veces en la Documenta de Kassel y en la Bienal de Venecia. Es una de las artistas alemanas más internacionales de la segunda mitad del siglo XX. Gracias a esta exposición en el Reina Sofía, podemos descubrir el el maravilloso universo de esta artista singular.

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