18 de marzo de 2014

Eleonora González Videla conjuga la pintura con el uso sustentable del agua


por Gentileza Rodrigo Binet.  tiemposur.com.ar
Considerada como la inventora de la técnica de pintura con nudillos de las manos y reconocida como embajadora de la paz por su militancia medioambientalista, Eleonora González Videla reparte sus días dictando clases en un taller de pintura de El Calafate y proyectando una nueva muestra individual, la cual estará seguramente relacionada con los hielos del Glaciar y alguna intervención humana. Además de esta labor, la artista lleva adelante una importante acción a través de “Re-Unión + Cultura”, una especie de ONG, cuyo objetivo principal es acercar el arte y la cultura a los diferentes eventos que se concreten en la villa turística. TiempoSur tuvo la oportunidad de dialogar con Eleonora y conocer algunos aspectos relevantes de su trayectoria y compromiso con las causas sociales y culturales.   

-¿Cuáles son los proyectos que tiene previsto desarrollar próximamente?
-La idea es tomar este año de un modo mas tranquilo, especialmente porque en 2013 trabaje intensamente para el bien de la comunidad a la cual pertenezco pero me restaron el tiempo para mis labores individuales y producciones. Este año decidí abocarme a dictar clases en el taller que comparto con el artista plástico David Vonscheidt y Lorena Roldán. Es un placer que a mi edad me hayan convocado para compartir el taller porque es un regocijo para el alma. Tengo también en mente dos proyectos personales muy importantes para los cuales tengo que convocar a empresas. Es mi intención además preparar una muestra individual que tendrá que ve con los hielos pero a su vez incursionando en algo más. Estimo que tendrá que ver con la presencia humana entre los hielos. Tengo los bocetos. Quiero destacar que aún no tengo definido el lugar donde voy a exponer, pero me gustaría que sea en Glaciarium o en algún hotel de la ciudad de El Calafate.

-¿Cuenta con obras para muestras itinerantes?
-Tengo obras que son consideradas itinerantes. Además tengo el honor de haber sido la primera artista plástica que expuso en la inauguración de Claciarium, el museo del Hielo y a su vez fui quien acompañó la inauguración en 2010 del museo Fortabat en Buenos Aires. En el museo del Hielo tengo muestra permanente y también me solicitaron obras para muestra permanente en una hostería que se llama Madre Tierra. Acabo de entregar una obra que se fue a Illinois – Estados Unidos. También estoy trabajando con Graciela González en “Re-Unión + Cultura”, con la idea de organizar muestras colectivas en las cuales intervengan artistas que no tengan delirios de marquesina. Afortunadamente esta iniciativa me permitió conocer otros artistas y de a poco comenzar a introducir la cultura en diversos eventos tales como congresos, seminarios, etc.

-¿En qué consiste la técnica de los nudillos que suele emplear en sus obras? ¿Por qué se inclinó por la misma?
-Antes que nada quiero destacar que soy la mentora de la técnica. Cómo se me ocurrió trabajar con la misma, aún no lo sé. Lo único que puedo decir es que a mí me apasiona el pastel a la tiza. Soy autodidacta y antes de iniciarme con esta técnica solía pintar con acrílico. Hace un tiempo atrás estuve muy delicada de salud y necesité rescatarme anímicamente y me puse a pintar. La pintura de algún modo me salvó y este es un mensaje que le tiene que llegar a la gente. Estuve muy mal y deprimida y en medio de todo eso descubrí que lo único que me hacía bien era pintar. Es así que empecé a pintar de manera sistemáticamente como quien toma una medicación. Cuando decidí trabajar me incliné por el pastel a la tiza. Todos los trazos finos que se observan en mis obras suelo hacerlos con el lápiz o la tiza pero todo lo termino con los nudillos de mis dedos. Manuel Romero Cabestany, desaparecido artista español, intentó de algún modo explicar lo que yo hago. La explicación técnica es que el dorso de la mano tiene cero grasitud. En mis obras necesito dos herramientas fundamentales y son: mis nudillos y la aspiradora. Cuando voy pintando paso la aspiradora como si borroneara todo. Aquí juega un papel preponderante mi intuición.   

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