Lázaro Zambrano: A 100 años de su nacimiento
El artista con uno de sus cuadros. Foto: Cortesía de la familia Zambrano Ramírez
La única pintura que existe sobre la masacre del 2 de enero de 1946 fue realizada por un hombre que esa noche había ido a la farmacia y que durante un mes estuvo yendo al Centro al ocaso para reconstruir la escena.
Ese óleo, por su temática, es una rara excepción dentro de la obra densamente poblada por retratos y cuadros religiosos de Lázaro Zambrano Uribe, uno de los más notables pintores académicos de León, de quien el pasado domingo 23 de febrero se conmemoró el primer centenario de su natalicio.
Afincado en la ciudad desde los cuatro años, Zambrano fue uno de los discípulos de Antonio Segoviano y perpetuador de la tradición pictórica clásica, a la que también se adscribieron contemporáneos suyos como Eloísa Jiménez, Benito Castañeda, Nabor Quiroz y Tobías Villanueva.
“Ante todo es mi padre, pero creo que su obra es parte del patrimonio cultural de la ciudad”, afirma Lázaro Zambrano Ramírez, uno de los hijos del artista y que, junto con la familia, ha impulsado la divulgación y reconocimiento de la obra.
Mariano González Leal, presidente del comité técnico del Museo de la Ciudad, donde se resguardan algunas piezas de Zambrano, afirma que este es uno de los artistas que la ciudad debe conservar con alto aprecio.
“Sobre todo porque formó parte de la generación de los custodios, heroicos sostenedores de la dignidad e identidad de León en los difíciles tiempos de su consolidación económica”, dijo.
Hijo de Emiliano Zambrano Valdés y Josefina Uribe Pérez, Lázaro Zambrano nació el 23 de febrero de 1914 en San Luis Potosí. En 1918 su familia se estableció en León, cerca de la casa del destacado artista local Antonio Segoviano, con quien el pequeño comenzó a tomar clases de dibujo desde los siete años de edad.
A mediados de los 30, Lázaro Zambrano realiza sus primeros cuadros al óleo, donde deja de manifiesto la disciplina plástica adquirida bajo la guía de Segoviano, luciendo sus dotes para la figura humana y el dibujo al natural. Una Santa Cecilia yacente, de 1936, ejemplifica la fineza de su trazo.
En 1940 contrajo matrimonio con Rosa Ramírez Delgado, con quien procreó 10 hijos.
Durante esa década, Zambrano gana un sólido prestigio como retratista y pintor de estudio, siendo solicitados sus servicios por personajes como los gobernadores Jesús Rodríguez Gaona y José Aguilar y Maya, además de empresarios como Salvador Llaguno, Cosme Vera, Adolfo Pons o Reynaldo Cabrera, entre muchos otros.
Es también requerido desde la Ciudad de México, a donde acude en 1947 para pintar los murales de la Iglesia del Niño Jesús, en Coyoacán.
Para entonces, Lázaro Zambrano era un artista de tiempo completo que pasaba todas las mañanas en su estudio pintando hasta 10 cuadros a la vez y que dedicaba las tardes a la enseñanza, recibiendo a lo largo de 30 años a cientos de alumnos.
“No existe un inventario completo de su obra, porque fue un hombre que se ocupaba de lleno al trabajo creativo, pero calculamos que hizo alrededor de 4 mil cuadros. Recuerdo que llegué a verlo en su estudio con varios ejemplares del San Francisco de Asís, porque era un cuadro que le pedían mucho”, comentó Zambrano Ramírez.
El retrato y la pintura religiosa fueron las vetas que más explotó Lázaro Zambrano, aunque también desarrolló el paisaje, las miniaturas y los bodegones.
Para su familia era usual verlo llevándose frutas y quesos de la compra del día a su estudio para hacer cuadros como el “Bodegón con papaya”, que después vendió a innumerables coleccionistas a través de la Galería Morell, del Distrito Federal, que fue su representante exclusiva por muchos años.
Además de su cuadro de la masacre del 2 de enero, el artista leonés dejó otra importante pieza de corte histórico: su alegoría de la fundación de León, que incluso fue reproducida en los billetes de la Lotería Nacional durante las celebraciones del cuarto centenario de la ciudad, en 1976.
El oficio plástico de Zambrano no sólo quedó plasmado en lienzos y láminas de cobre, sino también en muros de templos.Además de sus murales en Coyoacán, realizó otros para la Parroquia de la Sagrada Familia, en Torreón y el Oratorio de San Felipe Neri, en León.
Miembro de los grupos culturales “La Trapa” y “Oasis”, así como del Seminario de Cultura Mexicana, Lázaro Zambrano falleció el 12 abril de 1979, tras haber dicho a su esposa: “Rosita, ya me voy con aquel del que tanto pinté su rostro”.
“Mi padre es muy apreciado por la gente que lo conoció, pero las nuevas generaciones lo desconocen no sólo a él, sino a mucha gente notable de su tiempo. Creo que en la ciudad nos falta más reconocer a nuestros valores, pues la historia tiende a ignorarse o minimizarse”, finalizó Zambrano Ramírez.
SUS OBRAS
BÁSICAS
BÁSICAS
*San Francisco de Asís
Uno de sus primeros retratos religiosos, inspirado en el que pintó Francisco de Zurbarán en el siglo XVI. Por encargo, realizó decenas de copias del mismo, por lo que es una de sus obras más extendidas.
*Sagrada Familia
Con cerca de 100 metros cuadrados, es la mayor obra mural del maestro leonés. Fue pintado en el Templo de la Sagrada Familia, en Torreón, Coahuila, en 1956.
*La sanación de San Felipe Neri
Es uno de los murales que Lázaro Zambrano pinto en el céntrico templo de San Felipe Neri, en 1961.
*2 de enero
Zambrano fue testigo de la masacre de 1946 en la Plaza Principal. En base a su memoria reconstruyó la escena en la única pieza pictórica que existe al respecto.
*Fundación de la Ciudad de León
Una de los dos únicas alegorías que existen sobre este acontecimiento histórico. Fue realizada en 1969 a partir de los testimonios resguardados en el Archivo Histórico Municipal (AHM).
*Mujer del Abanico
Es el retrato de la señora Dolores Ruiz de Pérez, realizado en 1965; una de las mejores piezas de su etapa como solicitado retratista local en los años 50 y 60.
Uno de sus primeros retratos religiosos, inspirado en el que pintó Francisco de Zurbarán en el siglo XVI. Por encargo, realizó decenas de copias del mismo, por lo que es una de sus obras más extendidas.
*Sagrada Familia
Con cerca de 100 metros cuadrados, es la mayor obra mural del maestro leonés. Fue pintado en el Templo de la Sagrada Familia, en Torreón, Coahuila, en 1956.
*La sanación de San Felipe Neri
Es uno de los murales que Lázaro Zambrano pinto en el céntrico templo de San Felipe Neri, en 1961.
*2 de enero
Zambrano fue testigo de la masacre de 1946 en la Plaza Principal. En base a su memoria reconstruyó la escena en la única pieza pictórica que existe al respecto.
*Fundación de la Ciudad de León
Una de los dos únicas alegorías que existen sobre este acontecimiento histórico. Fue realizada en 1969 a partir de los testimonios resguardados en el Archivo Histórico Municipal (AHM).
*Mujer del Abanico
Es el retrato de la señora Dolores Ruiz de Pérez, realizado en 1965; una de las mejores piezas de su etapa como solicitado retratista local en los años 50 y 60.
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