29 de marzo de 2014

Lucian Freud: el retrato y la carne

Hoy día muchos pintores figurativos persisten en el uso de medios tradicionales y en su habilidad manual para crear imágenes que fusionan el pasado y el presente. Uno de los artistas más reconocidos al respecto desde la segunda mitad del siglo XX es Lucian Freud.
Lucian Freud nació en Berlín el ocho de Diciembre de 1922 y falleció el día 20 de Julio del 2011 a los 88 años. Como pintor realista su obra se realizó sin ninguna consideración moral o censura, siendo obsesiva con la presencia vulnerable de la desnudez de la persona, tomando un modelo de carne y hueso

En comparación con las representaciones tradicionales del desnudo académico que promueve una relación distanciada entre la figura y el espectador, los retratos-desnudos de Lucian Freud incitan a los espectadores a una mirada cercana y activa, al reconocimiento que demanda la comunicación o el rechazo frente a la presencia corporal de la persona, en este sentido Freud logra servirse de la pintura al óleo para conformar la imagen simbólica del cuerpo y del sujeto.
Todo retrato es concebido para simbolizar al sujeto, tanto por el hecho de que en la pintura el sujeto es el motivo, como también por la autonomía de la figura; el retrato pretende las miradas de otras personas, generando una visión intencionada, afectiva e intersubjetiva. Freud consideró al respecto que la desnudez añade información al interés del retrato, porque permite simbolizar al sujeto en relación a su cuerpo, mostrando con su desnudez autonomía y singularidad.
Freud pintó directamente sobre la tela, donde la pintura se coloca en un gesto del pincel como si éste fuera el propio tacto, como si el pincel tocara la forma del cuerpo al tiempo que la descubre; la pintura del tal modo se convierte en modelado en vez de ser una simple coloración en la tela. Podemos observar en cualquiera de sus retratos-desnudos como son descritos a detalle las manchas e irritaciones en la piel, las venas y la estructura ósea debajo del cuerpo, todo ello logrado con pinceladas sueltas y empastes sólidos.
El proceso creativo de Freud demanda la presencia permanente del modelo al realizar la pintura, incluso éste debe de estar posando cuando se plasme en el lienzo un objeto o detalle de la habitación, para mostrar al espectador una visión autentica y percibida en el momento en que realmente se produjo.

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