3 de marzo de 2014

Reclama mujer pintura de Universidad de Oklahoma que fue robada por nazis

AP   NOTICIA POR http://diario.mx/
Oklahoma– Por más de una década, la Universidad de Oklahoma ha exhibido una obra de arte que fue robada por los nazis heredada a la institución por la esposa de un magante petrolero. Pero los alegatos hechos por una familia que asegura que la pintura les pertenecía a ellos antes de la Segunda Guerra Mundial ha enfrascado a la rama de recaudación de fondos de la universidad en una lucha legal que se pensaba había quedado saldada en Suiza hace más de 60 años.

El Museo de Arte Fred Jones Jr. no ofrece ninguna pista que la obra 'Pastora llama a las ovejas' de Camille Pissarro, una pintura de 1886 que perteneció una vez a un judío francés, cayera en las manos de los nazis cuando Alemania invadió Europa. La universidad sostiene que la institución es el propietario legal de la pintura, citando la decisión de una corte suiza de 1953.

“La universidad no se quiere quedarse con artefactos que no le pertenecen de manera legítima”, según dijo el rector de la universidad, David Boren, en un comunicado. “Sin embargo, el reto al que ahora se enfrenta la universidad, actual propietario de la pintura, es evitar que se tenga un precedente poco favorable que diga que la universidad le entregará de manera automática los regalos dados por otras personas a cualquiera que los reclame como suyos”.

Leone Meyer, una sobreviviente del Holocausto, ha demandado a Boren y a la universidad en una corte federal de Nueva York, con el fin de que le regresen la pintura. Los archivos suizos muestran que el padre de Meyer fue un antiguo propietario de la obra, pero un juez desestimó su caso debido a que la familia no pudo probar que la pintura fuera obtenida por otras personas de manera ilegal.

“Todo esto es muy difícil”, Meyer escribió en una carta, que fue traducida del francés al inglés, dirigida a la gente de Oklahoma. “Pero no me puedo simplemente cruzar de brazos y decir: ‘bueno, eso ya no tiene remedio’… esa no es una opción”.

Raoul Meyer huyó a Estados Unidos después de que París fuera tomada por los alemanes, pero regresó a Europa en 1945 y se enteró que la pintura había desaparecido. La encontró en Ginebra seis años después —un año después de que el estatuto de prescripción de derecho caducara— pero argumentó que posteriores propietarios de la obra hicieron débiles intentos por probar que la obra de Pissarro no se encontraba en una lista de obras que habían sido robadas por los nazis.

La corte suiza determinó que los propietarios que adquirieron la obra durante el periodo de la postguerra, habían hecho las diligencias debidas antes de adquirir la pintura, por lo que la demanda de Meyer fue anulada. Aaron Weitzanhoffer, un magnate petrolero de Oklahoma, y su esposa, Clara, compraron la pintura en una galería de Nueva York en 1956. Cuando Clara murió en el año 2000, ella donó más de 30 obras valuadas en un total de 50 millones de dólares a la Universidad de Oklahoma. La familia Meyer desestimó una oferta para volver a comprar la pintura en 1953.

“Un judío en Francia —aparecía como propietario… Eso debió alertar al acusado a que fuera precavido”, según dijo un testigo en el juicio de 1953.

El catedrático de la universidad, Max Weitzenhoffer, hijo de Aaron  y Clara Wienzenhoffer, dijo que sus padres no tenían ni idea que la obra compartía un vínculo con los nazis. Weitzenhoffer, de 74 años, también se cuestiona por qué Leone Meyer quiere ahora recuperar la pintura varias décadas después.

El caso ha llamado la atención de algunos legisladores, quienes piden que la universidad de le regrese la pintura a Meyer.

El representante Paul Wesselhoft, republicano de Moore, se apostó afuera de un cine, bajo heladas temperaturas a principios de febrero donde se exhibí la película “The Monuments Men” para entregar volantes instando a las personas a que se contactaran a la oficina de Boren y hablaran con él sobre este asunto. La película cuenta la historia de unos arquitectos, artistas, curadores y directores de museos que trabajaron para rescatar las obras de arte que los nazis robaron durante la Segunda Guerra Mundial.

Wesselhoft dice que lo correcto es regresar la pintura a su dueño, y es uno de varios legisladores que redactaron una resolución en el Legislativo, ordenando a la universidad a que haga precisamente eso.

Los casos de obras de arte vinculadas a los nazis han estado surgiendo por el transcurso de muchos años.

En febrero, oficiales de las Investigaciones de Seguridad Nacional y de la Procuraduría Federal del Distrito Sureste de Nueva York regresaron una pintura que había sido robada por los nazis de un museo polaco y había sido ofrecida a la venta en Estados Unidos.

Pero las obras de arte no siempre son regresadas a sus propietarios originales. En el 2007, la Corte Suprema de Estados Unidos falló a favor de la legendaria actriz, Elizabeth Taylor estipulando que se podía quedar con una pintura de Vincent Van Gogh valuada en millones de dólares tras habes desestimado las demandas hechas por los descendientes de una mujer judía que había huido de Alemania rumbo a Sudáfrica.

Ori Soltes, un co-fundador del Proyecto de Restitución de Obras de Arte del Holocausto, dijo que no es poco común que las personas se muestren reacias a entregar obras de arte que otros aseguran fueron robadas por los nazis.

“Una persona entra a mi museo y dice, ‘Oh, por Dios, esta pintura, o este par de candelabros ceremoniales pertenecían a mi familia’, claro que no les voy a decir que se los lleven así nomás. Les tendré que decir que si tienen manera de probarlo y que me lo demuestren”, dijo Soltes, un ex director del Museo Nacional Judío B’nai B’rith Klutznick en Washington D.C.

La diferencia en el caso de Oklahoma, dijo Soltes, es que la evidencia está ahí, y los archivos demuestran que el museo hizo una pobre investigación sobre las colecciones que éste adquirió.

Leone Meyer, quien hoy en día tiene 70 años, dice que el poder recuperar la pintura de Pissarro corregirá algunas de las injusticias cometidas durante el Holocausto. La familia biológica de Meyer murió en Auschwitz, según dijo ella en una carta. Ella nunca fue capturada y posteriormente fue adoptada por Raoul e Yvonne Meyer.

“Admiro muchísimo a Estados Unidos y estoy muy agradecida por los sacrificios que los estadounidenses hicieron para ayudar a restaurar la libertad de Europa”, según Meyer escribió en la carta. “Hoy en día, simplemente les pido que hagan lo que es correcto. Esto no tiene nada que ver con dinero. Es sobre lo que es justo y sobre recordar cuál es nuestro deber”.

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