29 de abril de 2014


CLUB DIARIO DE IBIZA

¿La última exposición de Stafforini?

Stafforini con uno de los cuadros a las puertas de la sala de exposiciones del Club Diario de Ibiza. VICENT MARÍ
Stafforini con uno de los cuadros a las puertas de la sala de exposiciones del Club Diario de Ibiza. VICENT MARÍ
El pintor argentino, afincado en Ibiza desde 1970, asegura que con tan pocas galerías es casi imposible ganarse la vida con el arte
Entrevistar a Mario Stafforini, un artista simpático, vital, lleno de energía y buenas vibraciones, es siempre un gusto. Esta vez se muestra igual de encantador pero mucho más serio y todavía sorprende más escucharle asegurar que la exposición que inaugura hoy a las 20 horas en el Club Diario de Ibiza podría ser «la última» de su carrera.

No se quiere poner dramático pero la falta de espacios donde mostrar obras en Ibiza, unido al descenso de ventas, lo tienen un poco descorazonado. Explica que el sorprendente título que ha elegido para la muestra: 'La primera palabra es flor, luego se hace un ramo' está ligado a esa decisión. «Cuando hice la primera exposición tenía 19 años y me dijeron 'di algo para el catálogo' y les contesté esa frase, nada más. Como quizás sea esta la última exposición que haga quiero que sea el título», relata.
Los motivos de su pesimismo están justificados. «Han desaparecido las 30 galerías de pintura que hubo un día en la isla. Hoy solo contamos en la ciudad con la sala del Diario de Ibiza y temporalmente con la de Sa Nostra en la calle Aragón», explica el artista que cree que es «muy poco» para el volumen de pintores que hay en la isla, que se cuentan por decenas, «centenares en realidad». «Sin embargo, los pintores continúan trabajando en cierto modo y nunca mejor dicho por amor al arte», apunta.
44 años pintando
Stafforini ha trabajado duro los últimos diez meses para mostrar en esta exposición todos los temas que ha tocado a lo largo de los 44 años que lleva pintando. Unos 40 óleos, la mayoría sobre papel artesano, en los que recorre el mar y el campo de Ibiza, Dalt Vila, sa Penya y la Marina, sus flores, sus cancelas y hasta sus gatos. Tampoco faltan los cuadros de pequeño formato «inspirados en fotos de los años 40 y 50 que muestran la Ibiza preturística, desaparecida». Y es que para Stafforini, que conoce Ibiza desde 1970, se hace cada vez más evidente que la isla «va perdiendo aquel encanto de los años 60 y 70, y además hay que tener en cuenta que se va perdiendo el hábito de disfrutar contemplado directamente las cosas». Como ejemplo pone el de un amigo que te envía una foto al móvil de los almendros en flor en Corona, tomada en ese mismo momento. «Y tú piensas: para qué ir si ya lo he visto. Acabas por perder el entusiasmo por ir a Santa Agnès», reflexiona.
A Stafforini le horroriza que todo se limite a Internet. A él le gusta observar directamente, tocar, abrazar a la gente y charlar con sus amigos. Le gusta por eso la sala del Club Diario. «Es acogedora y permite observar con distancia los cuadros, apreciarlos de manera correcta. Puedes tomar 20 metros de distancia para ver bien un cuadro, es maravilloso», destaca.
Sobre su obra explica que en esta exposición se pueden encontrar «interpretaciones múltiples de la vieja ciudad, tratadas con fuerte contraste y colorido». «Mudos testigos del cambio, las viejas construcciones de marés y piedra han sido elaboradas a golpe de espátula y arrastrados los colores con pincel de cerda, buscando esa realidad de cal que ya no está pero estuvo... y aquí tenemos la magia de la pintura, que puede recrear lo que no existe y describir sueños incorporándolos al mundo que llamamos real». El uso del papel artesano es una de las señas de identidad del artista, que lo utiliza por las posibilidades que le brinda su superficie irregular para crear texturas.
El pintor se estableció en Ibiza en enero de 1970. Vivió 10 años en Dalt Vila, otros 10 en el campo y actualmente en es Viver. Antes de llegar a Ibiza, de los 15 a los 18 años, asistió al taller de Basilio Celestino, discípulo a su vez de Spilimbergo y Gómez Cornet, dos grandes de Argentina.
A los 18 años formó parte con otros 17 artistas del grupo SI, «mítico de la Ciudad de la Plata». El Museo de arte moderno de Buenos Aires adquirió una obra suya, fechada en 1961, expuso en diversas ciudades en su país, y a los 27 años se embarcó hacia la 'vieja Europa' con su familia y no regresó.
http://ocio.diariodeibiza.es/

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