29 de abril de 2014

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MUJER

Arte, pintura y vida

Gabriela Saadi se reunió con Actualidad para
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 contarnos sobre su carrera, la evolución que ha tenido su obra y su trabajo como directora de La Fragua.
Nacida y criada en Piedritas, Gabriela se dejó adoptar por nuestra ciudad, donde actualmente se desempeña como Directora del Taller Escuela de niños pintores La Fragua.  
Agradable y modesta, sus obras se caracterizan por la interesante mezcla de colores y texturas.  En esta edición de Hoy Mujer el testimonio de una artista local con una prometedora carrera por delante.
 
 
.- ¿A qué edad comenzaste a pintar?
Empecé a pintar recién cuando me fui a estudiar a Buenos Aires, a los 18 años. Fue un momento de mucha incertidumbre, porque si bien sabía que me gustaba, no tenía nada de experiencia.Ingresé a la carrera con un poco de miedo, porque sabía que la mayoría de mis compañeros tenían una base.
 
.- ¿Dónde estudiaste?
            Estudié Bellas Artes en una facultad privada que dicta carreras artísticas, llamada Nueva Escuela de Diseño y Comunicación.
            Empecé a estudiar allí porque me gustaba cómo estaba encarada la carrera. No se ve únicamente pintura y dibujo sino que es muy amplia; se ve pintura, escenografía, grabado, fotografía, dibujo, escultura, etcétera; y eso era ideal para mí, que no tenía experiencia.
           
.- ¿Qué era lo que más te gustaba de la carrera?
            Lo que más me gustaba era pintura y grabado, que tienen mucho que ver entre sí. Cuando me recibí, si bien me gustaba, no seguí con el grabado porque necesitaba muchos materiales difíciles de conseguir; además, con el tiempo el grabado fue desapareciendo y a la hora de exponer en Buenos Aires, la pintura era lo que más atraía.
            Si bien en la facultad descubrí que la pintura me gustaba mucho, mi desarrollo posterior no tuvo del todo que ver con lo que estudié en la carrera, ya que allí veíamos una pintura muy "académica" o realista, que no era lo que más me atraía. Pintábamos naturaleza muerta, estudiábamos cómo influye la luz en las figuras, las paletas de colores, y veíamos mucha teoría.  Más adelante, cuando tuve que largarme a pintar sola, seguí otro rumbo: la mayoría de mis obras son abstractas.
 
.- ¿Cuándo expusiste tus obras por primera vez?
            La primera exposición grande que hice fue gracias a un premio que gané en la facultad. Se trataba de un certamen de pintura en el último año de carrera, y obtuve el primer puesto que era la exposición de mis obras en un salón de la facultad.
 
.- ¿Cómo era el cuadro con el que ganaste el certamen?
            Eran dos paisajes, en pintura al óleo. Fue una gran sorpresa para mí y para los profesores, porque casi todo lo que había expuesto eran obras abstractas.
            Gracias a ese premio expuse todo lo que había hecho en mis inicios, hasta llegar a la exposición principal que eran mis obras abstractas.
 
.- ¿A qué edad te recibiste de Bellas Artes?
            Me recibí a los 22 años. Era chica y sentía que necesitaba aprender más, así que continué estudiando. Hice una especialización en Escenografía en el Teatro Colón, y el título que obtuve fue el de Realizador Escenográfico.Además, participé de muchos talleres con artistas o profesores particulares de pintura y dibujo.
 
.- ¿A qué edad empezaste a vivir del arte?
            Mi primer trabajo fue una pasantía durante el último año de cursada de la facultad. Se necesitaban estudiantes de Bellas Artes para una galería y empecé a trabajar allí. Después trabajé en otra galería muy conocida, que todos los años participaba en certámenes en el Hotel Sheraton. Mientras tanto, seguía pintando y haciendo exposiciones de mis trabajos.
 
.- ¿Cómo hacías para lograr exponer tus obras?
            No fue fácil. En Buenos Aires hay mucha oferta de arte; yo estaba recién iniciándome y mi currículum no estaba todavía muy formado. Tuve la suerte de conseguir un contacto importante: se trataba de  una persona que representaba artistas y buscaba espacios para exponer sus obras. Gracias a ese contacto estuve tres años exponiendo en un hotel en Recoleta, que era muy bueno porque tenía una gran circulación de gente, muchos de ellos extranjeros.
            También, en dos oportunidades expuse en el Congreso de la Nación, y fue una muy linda experiencia.
 
.- ¿Recordás cuál fue la primer pintura que vendiste?
            La primera vez que vendí una obra fue en Buenos Aires, justamente gracias a mi exposición en ese hotel. Después continué vendiendo mis pinturas, a veces a través de gente conocida. Además de vender, también regalo muchas de mis obras.
 
.-  En todos estos años, ¿mantuviste tu estilo?
            No. De hecho, hoy miro obras que hice hace años atrás y por momentos no las reconozco como mías. Trabajo mucho con el collage, y si bien me he mantenido dentro de los mismos parámetros, mi estilo ha ido cambiando a lo largo del tiempo.
Mis obras no son totalmente abstractas, sino que generalmente tienen algo de dibujo y figuración. Me gusta experimentar y en ese recorrido mezclo mucho la línea y el dibujo, con la pintura y las texturas.
 
.- ¿Sos crítica de tu propio trabajo?
            ¡Totalmente! Inclusive he llegado a tapar obras. En este momento tengo cuadros que empecé tal vez hace cinco años y que le fui agregando capas y más capas de pintura. A veces me sucede que observo una obra mía y siento que no me representa, así que la modifico.
 
.- ¿De dónde surge tu inspiración?
Mi obra, como la de la mayoría de los artistas, refleja lo que me está pasando, mi visión del mundo o de algún tema en determinado momento. En cada cuadro siempre queda el sello personal del artista, y como en el transcurso de la vida uno va cambiando, es lógico que también lo hagan las obras.
            Mi inspiración surge de todas las vivencias particulares por las que atravieso, y de mi propio interés sobre determinadas temáticas. En este momento, por ejemplo, estoy trabajando sobre una serie de pinturas relacionadas con el horizonte.
            Me gusta mucho utilizar colores y texturas, y me siento muy cómoda trabajando con cuadros grandes. Tiene que ver con mi estilo: comienzo con manchas grandes y después voy achicando y encontrando trazos y formas.
 
.- Cuándo empezás con una obra, ¿tenés una idea del resultado al que querés llegar?
            Mucho va surgiendo en el camino. Generalmente mis obras terminan siendo algo totalmente diferente a lo que me imaginé que iba a pintar en un comienzo.
 
.- ¿Cuánto tiempo te toma terminar una pintura?
            Puede tomarme meses o incluso un año. Generalmente empiezo más de una obra por vez. El tiempo que me toma terminar un cuadro depende muchas veces de la cantidad de horas que le dedique: pinto mucho los fines de semana o después del trabajo.
 
.- ¿Qué hacés con todos tus trabajos?
            ¡Los guardo en donde encuentro un rincón! Tengo obras en Buenos Aires, en Piedritas y aquí en Villegas.
 
.- ¿Te genera alguna sensación particular exponer en tu propia ciudad?
            Me cuesta más exponer en lugares en donde la gente me conoce, que en ciudades grandes como Buenos Aires. Te involucras de otra manera con el público, y los nervios son mayores. En las obras uno queda expuesto: lo que se muestra allí es lo que el artista es.
Siempre digo que la obra se termina con la mirada del espectador, entonces para mí son valiosísimas las críticas constructivas que recibo de mis cuadros.
 
.- ¿Has pintado obras por encargue?
            Si, por lo general cuando me piden obras por encargue me señalan la temática, pero yo tengo la libertad de trabajar con mi propio estilo; esa es mi condición.
 
.- Si pudieras elegir cualquier lugar del mundo, ¿dónde te gustaría exponer tus obras?
            En el Museo Pompidou de París. Si bien el Louvre es el museo más importante, mis obras encajarían más en el museo de arte moderno.
 
.-  Volviste hace poco de Europa, ¿tuviste tiempo de recorrer museos y galerías?
            ¡Sí! Europa era un viaje que tenía pendiente desde que terminé la carrera. Fue impresionante tener ante mis ojos todo lo que había visto en libros. Recorrí los museos más importantes de cada ciudad, y fue una experiencia única.
 
.- ¿Cómo te resulta trabajar con niños en La Fragua?
            De los chicos aprendo mucho: la libertad y creatividad que tienen para pintar no la encuentro en ningún adulto. En ellos la imaginación vuela hacia cualquier lado, y eso es hermoso. La Fragua es el lugar ideal para crear libremente; disfruto muchísimo poder transmitirles a los chicos lo que sé y a la vez recibir y aprender de ellos.

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