La relación de Joan Miró y Barcelona, en una exposición
La Fundación Joan Miró de Barcelona estrenó ayer una exposición para adentrarse en las obras que el artista regaló al espacio público de su ciudad natal cuando esta empezaba a modernizarse en el ocaso de la dictadura franquista.
La muestra De Miró a Barcelona contempla obras de finales de los años sesenta e inicios de los setenta. A través de documentos personales de Miró (1893-1983), como correspondencia con otros artistas, bocetos, maquetas e incluso una película inédita, la exhibición analiza el contexto histórico que llevó al artista a regalar las cuatro obras y la vigencia de estas como símbolos de Barcelona.
“Miró tenía la preocupación de que el arte entrase a formar parte de nuestra vida de una manera natural y no forzada”, explicó la comisaria de la exposición, Rosa Maria Malet.
“En esa Barcelona gris, en un momento en que había reivindicaciones intensas, Miró tenía muy claro que si él podía dar a Barcelona un carácter diferente, quería hacerlo”, añadió.
Con esta intención, el artista creó lo que debía ser la sede del primer centro de arte contemporáneo de Barcelona, ahora convertida en la Fundación Joan Miró, y proyectó otras tres obras para dar la bienvenida a los cada vez más numerosos foráneos que llegaban a la ciudad por tierra, mar y aire.
Así creó el Mural del Aeropuerto, con una superficie de 500 metros cuadrados y colores vivos que contrastan con un grueso trazo negro. Fue inaugurado en 1970 en el aeropuerto del Prat de la urbe.
Después el artista regaló a su ciudad un mosaico en el pavimento del muy concurrido paseo de La Rambla, el Pla de l’Os (1976), que se ha erigido como uno de los símbolos de Barcelona y por encima de él cada día transitan cientos de personas.
Miró quería construir una escultura en la entrada por carretera a Barcelona, pero finalmente se erigió en Chicago. Aun así, el visitante podrá contemplar los trabajos previos a su realización, los dibujos y cálculos del artista así como una maqueta de la pieza, bautizada Miss Chicago, ubicada en la terraza del edificio con unas amplias vistas hacia Barcelona.
De Miró a Barcelona también repasa la historia del parque en la ciudad dedicado al artista. Estará abierta hasta el 2 de noviembre próximo.
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