19 de agosto de 2014

La residencia del arte
Los artistas del Curso de Pintores Pensionados ultiman los preparativos de la exposición del trabajo realizado en Segovia en las dos últimas semanas, que abrirá al público mañana en La Alhóndiga.
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Las salas del Palacio de Quintanar se transforman en estudios improvisados. / Borja Martín                      eladelantado.com/
Silencio y concentración. Las dos palabras definen el ambiente de trabajo que se respira en las salas del Palacio de Quintanar que en las últimas dos semanas se han transformado en espacios para la creación y el arte de la mano de los 15 jóvenes artistas procedentes de las Facultades de Bellas Artes de toda España que llegan a Segovia para participar en el Curso dePintores Pensionados. Sólo la música surgida desde un ordenador portátil rompe la quietud de un espacio en el que el olor a pintura impregna el ambiente, al que los artistas parecen ajenos por estar únicamente abstraídos en lo que intentan plasmar en el lienzo.
Desde los paisajes más figurativos que recogen lugares y rincones de la ciudad hasta las particulares visiones abstractas basadas en ideas y sentimientos, los jóvenes artistas han plasmado en sus cuadros la impronta artística que el paisaje segoviano ha dejado en su memoria, y que podrán verse en la exposición que abrirá al público mañana día 20 en La Alhóndiga, y que se prolongará hasta el domingo 24 de agosto.
Al lado de las paletas, pinceles y brochas, los ordenadores portátiles, tabletas y teléfonos móviles de los jóvenes artistas prueban que no son ajenos al uso de las nuevas tecnologías, ya que muchos de ellos realizan un trabajo previo al artístico documentando con fotografías los lugares que después pintarán para conseguir capturar en una imagen “sombras y luces”, según explicó uno de los pintores pensionados.
El malagueño José Antonio Gómez confiesa sentirse fascinado “por los horizontes y las llanuras” del paisaje segoviano, que plasma en una obra que no duda en definir como surgida “del silencio y del misterio”. Los tonos grises, negros y azules de sus cuadros sugieren una sensación que le resulta “difícil de definir” en palabras pero que en el lienzo parece evidente. Gómez, de 38 años, considera que su participación en el curso “es toda una experiencia a nivel artístico y personal, no sólo por poder convivir con artistas de otras regiones, sino por la posibilidad de poder compartir y aprender con ellos”. Además, considera que para Segovia, el curso “es muy importante, ya que todos los artistas nos llevamos un buen recuerdo de la ciudad que a buen seguro pasará de año en año por todas las escuelas participantes”.
Para Pedro López, un artista murciano formado en la Escuela de Bellas Artes de Granada, participar en el curso era “una ilusión compartida” con otros compañeros, ya que el paso por Segovia de artistas ya consagrados a los que el admira supuso un acicate para aventurarse a presentar la solicitud.. A pocos días de concluir, este jóven artista de 22 años asegura que es una experiencia “inmejorable”, de la que valora la “modélica” organización y la posibilidad de poder trabajar con gente “muy afín, con las mismas inquietudes artísticas”.
López define Segovia como una ciudad “llena de luz”, lo que supone todo un reto para su pintura figurativa, en la que gusta de recrear detalles como los leones del muro perimetral de la Catedral, gastados por el tiempo.
Además, valora la “libertad creativa” que el curso supone para los artistas, únicamente sujetos a los horarios de comidas y cenas, lo que les permite dedicar todo el tiempo posible a la creación artística.

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