11 de noviembre de 2015

EL BELÉN NAPOLITANO

Asociación de Belenistas de Cuenca

Belén Napolitano, belenes en Navidad, tradiciones, nacimiento de Jesús, Reyes Magos
Belén Napolitano realizado por el taller La Sacrabattola de los hermanos Scuotto, familia que conserva la tradición de la escultura napolitana de los belenes respetando las técnicas del siglo XVIEn los belenes napolitanos del setecientos, alrededor el dulce acontecimiento del nacimiento de Jesús, se comprimía una ciudad, Nápoles, variopinta y turbulenta. Magos saltimbanquis, músicos de color venidos de África y de Oriente, ángeles “cafoni” formaban agitados carruseles, orgullo de casas nobles y burguesas. En el fondo, ante todo y sobre todo, verá un juego: juego caprichoso, refinado, snob, para una élite que enloquecía con las rimas pareadas de Metastasio y se abandonaba extática a las arias más o menos fáciles de Scarlatti, de Paisiello o de Cimarosa. La ocasión navideña representaba la oportunidad de mostrar los belenes, pero el juego de colocar todas las piezas “se continuaba” durante todo el año sin interrupción y requería empeño, especialización y medios.


Belén del Príncipe: en el Palacio Real, es el que Carlos III se trajo a la vuelta de Nápoles y que fue enriquecido con nuevos encargos realizados tanto en Nápoles como a artesanos españoles. Este belén sufrió diversos avatares en su historia y lo que hoy

Mil setecientos fue el siglo del teatro, y la producción y dirección de belenes gozaba de una gran reputación. Al final del proceso se encontraba el rico patrocinador. De la mayoría de ellos conocemos sus nombres: el príncipe de Ischitella, que cubría gemas de oras las figuritas de sus belenes; el duue de Calá Ulloa; el duque de Corvino, e incluso reyes, como Carlos III, que en compañía de su ausustísim consorte María Amalia, dedicaba a esa actividad las tardes libres de los compromisos de Estado. Tal ocupación estaba completamente alejada de la práctica religiosa y eclesiástica habitual a la que era de esperar se refiriera, dada la temática.

Los belenes d este siglo no gran únicamente alrededor del tema de la Navidad, sino que se extienden mucho más ampliamente hacia nuevos capos de investigación, desde la etnografía al folkrore: la taberna, la tarantela, la caravana de los Reyes Magos, el tropel de los provincianos caracterizados según la provincia de origen, los saltimbanquis, el séquito de los músicos de color procedentes de África y de Oriente, lo cómico, lo exótico, lo descriptivo, la crítica social y siempre –y sobre todo- un complaciente sentido de distanciamiento respecto a la clase más humilde, una impía befa, casi un constante rango caricatural a expensas del “cafone”, el hombre o l mujer de campo, que viene a la ciudad, a un mundo diferente e inesperado, y no sabe esconer su cándida sorpresa frente a tantos signos de magníficas riquezas y adelantos. Desgraciadamente hoy encontramos poco, al menos en el plano dele spectáculo del conjunto, de lo que debían auténticamente representar los belenes en su momento originario: los belenes se modificaban y actualizaban. Solo recientemente se han convertido en objetos estático de los museos.

Belén de la Fundación Bartolomé March Servera de Palma de Mallorca, dispuesto en vitrinas

Los cambios culturales y lo cambios de sensibilidad dejaron sus huellas: así, los belenes difícilmente han llegado hasta nosotros con la apariencia que tenían durante la regencia austriaca (1707-1733), o durante las cinco décadas que siguieron de reinado de Carlos III, o durante los años de la primera resturación de los borbones (1799-1806).

Los belenes más famoso e importantes hoy –en el Muse de San Martn en Nápoles, en la Reggia de Caserta, en los museos de Avellino, en Munich, en New York (The Metropolitan), Pittsburgh, o in situ en alguna casa napolitana que aún los conserva (los Leonetti, los Castello)- reflejan con absoluta precisión cada una de las fases culturales de las que se compone.





En el Belén Napolitano convergen distintos factores que influyen en su construcción como pueden ser: arqueología, etnografía, folklore y teatro (culto y popular), espectáculo religioo y callejero, todas estas emociones e inspiraciones hacen posible el realismo del Belén Napolitano.
Belén Napolitano en Cuenca (Salón de actos de la Diputación de Cuenca)

Por http://www.elmentidero.org/autores/luis-manuel-moll/bel%C3%A9n-napolitano/

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