El cancionero del siglo XXI de Edurne Herrán

«Poesía... eres tú»,

El amor está en el aire, y la poesía también. Incluso en los «estados» de los usuarios de las aplicaciones de ligoteo. Recopilados, nace «Poesía... eres tú», cancionero del siglo XXI y Proyecto ABC Cultural de Edurne Herrán de este mes.
Me llamo Edurne, tengo 37 años y soy una nativa analógica perfectamente adaptada al mundo digital, o eso pensaba yo hasta hace muy poco. Quizá porque mis referentes fílmicos y literarios han sido siempre bastante catastróficos y mi infancia transcurrió en los ochenta, las distopías siempre me han atraído mucho más que las utopías.

Edurne Herrán

Pienso que, a día de hoy, estamos desbordados por la tecnología; nos vienen muy grandes todos esos veloces cambios. Estamos deshumanizándonos a pasos agigantados mientrasnuestros teléfonos se vuelven más inteligentes que nosotros. No cabe duda de que un buen uso de esos «gadgets» nos facilita la vida, pero ¿dónde está el límite? Pasamos la mitad el día delante de pantallas (espejos negros, como hace referencia el título de la serie «Black Mirror», dirigida por Charlie Brooker) y cada vez tenemos más y más carencias emocionales (es imposible no citar la película «Her» de Spike Jonze). Vivimos en una sociedad hiperconectada y estamos mermando nuestras capacidades emocionales; pensad en ese amigo que tenéis, que cada vez que os reunís, está más pendiente del whatsapp o los «likes» recibidos en Instagram, si es que no sois vosotros «ese amigo». Nos descargamos aplicaciones para conocer gente porque no tenemos tiempo, ganas o dinero para hacerlo como se ha hecho casi toda la vida.

Más aplicaciones, menos afectos

¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Reproducirnos por mp4? Cada vez tenemos más aplicaciones en el móvil y menos afectos reales. La manera en que ha cambiado nuestro modo de comunicarnos y relacionarnos es un tema recurrente en algunos de mis trabajos, como «Clean Slate, Random Souvenirs» u «8 bit Cross Stitch [The digital divide]».

Cuando le comenté la idea acerca de este trabajo a un amigo, él me contestó:¿Pero cómo van a ser poesía esas burradas? Entonces supe que tenía que hacerlo. Con esas perlas, o me hacía un collar o editaba un poemario. «Poesía… eres tú» es un proyecto que surge de otro titulado «Love me Tinder, love me true», en el que bordo a punto de cruz las faltas de ortografía y errores gramaticales que encuentro en los textos de presentación de los usuarios de la App. de ligue Tinder y los subrayo con un zig-zag rojo como lo hace el corrector de los programas de edición de texto. Al leer tantas descripciones, tan diversas y disparatadas, se me ocurrió la idea de convertirlos en poemas; algunos textos están intactos y otros sólo han sido alterados en el orden de alguna palabra. Para más inri, al firmarlos con la inicial y la edad de los usuarios, se convierten en una especie de evangelio contemporáneo. Me atrevería a decir que los 15 minutos de gloria que vaticinó Andy Warhol hace décadas en realidad se han convertido en 15 segundos…

Para sacar este trabajo adelante, estoy buscando editor; lo que se va a ahorrar en correcciones ortotipográficas y de estilo no está escrito. Y como soy de las que piensan que todas las canciones hablan de amor, este trabajo no sólo se formaliza de manera textual, sino que también se completa con una canción de rap hecha con las mejores frases encontradas en la plataforma. En un futuro no muy lejano quiero hacer letras y componer canciones de folklore popular de las diversas provincias del país; al fin y al cabo los tiempos cambian y nuestra manera de comunicarnos también.

Creo que necesitamos más poesía, más amor y más humor.

EDURNE HERRÁN (ALEMANIA, 1978)

1. Edurne Herrán. Artista. Ciber-inadaptada (como todos los que hemos crecido en los ochenta, aunque neguemos la mayor). Vivaz. Optimista. Creadora de las que «Darán que hablar». Y romántica. Con la que está cayendo. Nacida en Baviera, pero más cañí que las pesetas. Licenciada en Bellas Artes (UPV-EHU, Bilbao), con varios másters a sus espaldas, también realizó estudios superiores en estilismo de indumentaria y solfeo. En su trabajo (en el que la ironía no resta un ápice al rigor), hay ciertos elementos que se repiten de manera obsesiva, como los problemas de comunicación, la multiplicidad de identidades y las barreras, internas o externas, impuestas por las costumbres de la cultura, las leyes, las percepciones de raza o género y los temores. Si el año pasado se daba a conocer al gran público con su individual en el Museo Barjola («Growing Pains»), este 2015 ha recalado en colectivas como «El barco de Teseo» (Injuve) o «Welcome to Ecumenopolis» (comisariada en Atenas por Metasitu). Si se han quedado con ganas de conocer su trabajo más de cerca, tienen dos posibilidades: en Artium, aún ocupa la fachada con «El jardín de las emoji-delicias», dentro del programa «Grey Flag». Y, en Madrid, donde reside, ejemplos de su serie «Love me Tinder, Love me True», se muestran en la galería Theredoom hasta el 19 de diciembre. Para más adelante se deja su participación en la colectiva «Punto, punto, cruz y simulacro», en EstudioConVistas (Madrid), junto a Tamara Arroyo y Ricardo Pizarro, o la residencia artística que le llevará a Utrecht en primavera, gracias al programa «Artshake», de Kopa Kunsteducatie

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