La soprano María Bayo - Juan Manuel Serrano
Ha quedado visto para sentencia el juicio celebrado por la demanda que la soprano María Bayo presentó contra la ABAO (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera), después de que ésta rescindiera su contrato para canta el papel de Doña Elvira en la ópera «Don Giovanni», de Mozart el pasado mes de febrero.La directora musical de la producción, la canadiense Keri-Lynn Wilson, justificó entonces la recusación -según informa César Coca en El Correo- en que María Bayo «no tenía en aquel momento el volumen de voz suficiente y presentaba problemas de afinación y en los agudos de tal naturaleza que no podía interpretar correctamente el papel. Cuando, tras los ensayos del segundo día, le comunicaron la decisión tomada, Wilson añadió que con esa recusación estaban también tratando de protegerla».
La abogada de María Bayo calificó de «abusivos» los contratos (habituales en el mundo de la ópera) que incluyen una cláusula que señala que al artista recusado sólo percibirá los gastos de viaje y de alojamiento. Según El Correo, la letrada «dirigió el interrogatorio a los testigos por un camino claramente marcado: demostrar que se recusó a su cliente sin apenas darle ocasión de demostrar si estaba o no en condiciones de cantar. Incluso llegó a sugerir que daba la impresión de que estaba virtualmente despedidaantes de iniciar los ensayos».
En el juicio declararon el director artístico de la ABAO, Cesidio Niño; la foniatra Susana Ruiz, y Lander Mendieta, socio fundador de Consejeros del Norte, que asesora a la asociación operística.
La indemnización que pide la soprano -y que al parecer puede ascender a los 100.000 euros- se basa fundamentalmente en el «daño a su imagen y el lucro cesante» que su despido produjo. «A esta cantidad -añade El Correo- habría que sumar los 36.000 euros de su caché».
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