Un biólogo defiende que tiene un Dalí auténtico
El mallorquín Bartomeu Payeras asegura tener un óleo de los años 20 perteneciente al artista catalán
Bartomeu Payeras (sentado) muestra el libro sobre su obra. Detrás, el perito José P. Venzal, la restauradora Carme Sandalinas y el experto Nicolas Descharnes Efe/ Cati Cladera
El biólogo y artista mallorquín Bartomeu Payeras
(1948), más conocido como Tomeu l'Amo, compró en 1988 un pequeño óleo a un anticuario de la calle del Carme
de Girona por 25.000 pesetas (150 euros). Y cual no fue su sorpresa cuando al
cabo de unos días, al limpiarlo, descubre una dedicatoria con la firma de Dalí y la fecha de 1896.
Desde entonces, y
ha pasado un cuarto de siglo, Tomeu vive obsesionado por descubrir si lo que
compró es una obra auténtica de Dalí. Y fruto de sus investigaciones es el
libro El nacimiento intrauterino de
Salvador Dalí, donde aporta datos que considera definitivos para
avalar la autoría daliniana.
El óleo 'Nacimiento intrauterino', de Dalí mide 100 x 70 cm Archivo
Primeras investigaciones. Lo primero que hizo Tomeu fue encargar la restauración del óleo a Carme Sandalinas, que había trabajado con el patrimonio gótico de la Generalitat en el centro de Sant Cugat del Vallès. Lo segundo fue dirigirse a quien entonces se consideraba el mayor experto en la obra de Dalí, el historiador Rafael Santos Torroella. "Es interesante... podría tratarse de un nacimiento... quizás el nacimiento de Orfeo. Pero... no me parece una obra de Dalí. Eso sí, es interesante", dijo. El vendedor, Diego García (ya fallecido) sólo le aportó un dato complementario: lo había comprado junto a otros muebles en Olot. Y tras un paréntesis provocado por una crisis profesional, en 1994 encarga una radiografía a la empresa SGS Tecnos de Sant Joan Despí que permite descubrir una obra subyacente, sobre la que se pintó encima, algo habitual en Dalí (en el reverso de la tela hay también el dibujo de una figura femenina). Un año después solicita opinión a la recién creada comisión de catalogación de la Fundació Gala-Salvador Dalí. "Lamentamos comunicarle que los miembros de la Comisión no disponen de elementos suficientes para emitir un juicio positivo sobre la autenticidad de la misma". Nadie le decía que era falso, pero no se atrevían a decir que pertenecía a Dalí. Y entonces decidió volcarse.
Cuándo se pintó. Un cuadro que lleva la fecha de 1896 no puede corresponder a Dalí ya que este nació en 1904 y sus primeras pinturas no salen de su paleta hasta 1914. Había que saber cuándo se pintó el cuadro. En el 2004 encargó un análisis de pigmentos a Sergio Ruiz y Alejandro Gómez Gil, investigadores del laboratorio Raman de la Universitat Politècnica de Catalunya. Y determinaron que el pigmento amarillo del cuadro es el Amarillo Hansa I, comercializado por primera vez en 1909 por Hoechst, y de uso habitual en los años 20. Un segundo estudio de la Unitat d'Espectroscopia del Centre Científic i Tecnològic de la UB corroboró que los pigmentos rojos son posteriores también a 1896. La fecha no era la de ejecución del óleo; podía ser de Dalí.
Estudio grafológico de la firma y la letra. La dedicatoria sobre el cuadro, escrita a plumilla, dice textualmente: "Al meu venbologut professor en el dia del seu natalici 27/IX-96. Dalí". Tomeu encargó un estudio grafológico al perito José P. Venzal, ex vicepresidente de la Asociación Nacional de expertos en Grafística y Documentoscopia que ha colaborado con la Interpol. El informe fue rotundo: el texto manuscrito y la firma del vértice inferior derecho del lienzo "han sido estampados de puño y letra por Dalí". El trazado de las letras y las tres faltas de ortografía contenidas en la palabra "venbologut" son muy dalinianos. La aplicación de la tecnología de luminiscencia cromática permitió descubrir que la dedicatoria es contemporánea con el lienzo pero puede situarse unos años después (finales de los años 20).
El misterio de la fecha. Es quizás la cuestión más sorprendente. ¿Dedicó Dalí el lienzo a un antiguo profesor? El 27-9-1896 no fue el natalicio ni de Trayter, ni Núñez, ni Rodeja, ni Subias... sus maestros más conocidos. Estudiando los textos de Dalí, Tomeu descubrió que siempre que Dalí se refiere a su hermano Salvador, fallecido nueve meses antes de su nacimiento, dice que murió con siete años (en realidad sólo tenía tres). Dalí nació el 11/V/1904 y siete años antes nos sitúa en el 11/V/1897. Si le descontamos los nueve meses de gestación, es 11/VIII/1896. Pero resulta que Dalí se refiere en varias ocasiones a la aparición del embrión un mes y medio después de la fecundación (cuando empiezan los recuerdos intrauterinos) y esos 45 días suplementarios nos llevan al 27/IX/1896. Y en Vida Secreta, Dalí describe su nacimiento intrauterino con imágenes que recuerdan las del cuadro. Una vez más Dalí juega al despiste: "No se sabe exactamente cuándo nació Dalí... yo he vivido la muerte antes de vivir la vida". A través del hermano muerto se hace la autodedicatoria.
Los ángeles dalinianos. En Diario de un genio, Dalí incluye una conversación con el padre Bruno Froissart a quien cuenta: "Muy joven compuse un cuadro sobre los ángeles". Pero hasta ahora no se conocía ninguna obra de juventud sobre los ángeles (excepto un esbozo de 1920). Tomeu, que ha bautizado el óleo como Nacimiento intrauterino, distingue a siete ángeles que vuelan en una bóveda celeste rodeando al niño con una arpa. Debajo, una cala, como otras que pintó de la Costa Brava. Está también "el nacimiento a partir de un huevo, el asesinato de su hermano con la colaboración de los ángeles, la ascensión angélica de su hermano y su transformación en el divino Dalí". Respecto al dibujo del reverso, existe una cierta similitud con un retrato de la hermana del artista. Todo ello redunda en la idea de que podría ser una obra de principios de los años 20.
Las dudas de los Descharnes. Robert Descharnes, experto en Dalí, que ha certificado su obra para Sotheby's y Christie's hasta su muerte, dudó ante esta obra. Pero su hijo Nicolás ha aceptado prologar el libro de Tomeu, rechaza que se trate de una falsificación y apunta a su autenticidad, aunque considera que la prueba definitiva será la del ADN... si quedan huellas del pintor en el lienzo. Por si acaso, Descharnes se quedó una sonda nasogástrica de Dalí, con las que se alimentaba en sus últimos años, y extrajo el ADN del artista.
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